- Energia
Cuál es la temperatura ideal de la calefacción en casa
12 of December 2022
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¿A qué temperatura ideal hay que poner la calefacción en casa? La pregunta es importante, pues tiene varias implicaciones. Por un lado, la económica: cuanto más calienten los radiadores, más elevada será la factura de gas o electricidad. Lo cual no es nimio, dado que la calefacción es responsable del 63% del consumo energético de una vivienda, más que el de electrodomésticos, agua caliente, cocina e iluminación juntos. Por otro, interviene la confortabilidad. A todos nos gusta sentirnos a gusto en nuestro hogar. Además, está la salud. Pasar frío en invierno o convertir las habitaciones en un horno puede tener consecuencias para nuestro organismo. Y no menos importante: influye en el medio ambiente, ya que cuanto más trabajan las calderas, más contaminan.
En tiempos en los que se han encarecido algunos suministros, desde las instituciones y Gobierno nos instan, como método de ahorro, a bajar un poco la temperatura de la calefacción. El pasado agosto, en sintonía con la Unión Europea, el Gobierno de España aprobó unas medidas que obligan a edificios administrativos y comerciales a no situar la calefacción por encima de los 19ºC.
Establecer la temperatura idónea de la calefacción para una casa es una cuestión delicada, pues entran en juego algunas variables. En viviendas con radiadores insuficientes, fijarlos en 21ºC no tendrá el mismo efecto que en una casa perfectamente acondicionada. No es igual que en el domicilio vivan personas jóvenes que mayores o niños pequeños y bebés. Un hogar habitado por muchas personas estará más caldeado que otro de las mismas dimensiones con un solo residente. No obstante, pueden determinarse unas pautas generales.
QUÉ SIGNIFICA "NI FRÍO NI CALOR"
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la temperatura media actual de la calefacción de los hogares en nuestro país es, durante el día, de 21,3°C. Partiendo de ese dato, es interesante saber que cada grado menos reduce un 7% el importe de la factura, según la OCU. Es decir, que si esa media nacional de 21,3ºC la bajásemos a los 19ºC que recomiendan las instituciones, de entrada estaríamos ahorrándonos un 16,1% del consumo.
Lo que todos deseamos en casa es no pasar ni frío ni calor. ¿Cómo definir en grados esa grata pero abstracta sensación? La ciencia lo ha estudiado. Como punto de partida, ¿cuál es la temperatura mínima exigible? Un estudio realizado por investigadores británicos la calculó a partir de la literatura científica previa, y concluyó que "calentar las casas al menos a 18°C en invierno representa un riesgo mínimo para la salud de una persona sedentaria que usa ropa adecuada".
De modo que tener la casa en invierno por debajo de 18°C equivaldría a pasar frío. Por encima de esos grados, diversos especialistas han opinado en relación con el confort. Otro estudio, en este caso de la Universidad Técnica de Dinamarca, descubrió que una temperatura de 20ºC cuando se entra en una habitación "proporciona un ambiente con sensación térmica neutra, baja insatisfacción térmica y un alto nivel de confort térmico para todo el cuerpo". Por su parte, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de España propone, en horario diurno, "ajustar el termostato a 20ºC o 21ºC y utilizar ropa de abrigo para estar en casa".
En cuanto a la relación de la temperatura hogareña con la salud, la doctora María Sanz Almazán, del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), señala que la temperatura ideal durante el día debería oscilar entre los 19°C y los 23°C, pues, "en general, una persona en reposo comienza a sentir frío con temperaturas inferiores a 20°C".
CALDEAR EN EXCESO NO ES RECOMENDABLE
Contrariamente a lo que pueda parecer, asarse de calor en casa no es bueno. Una temperatura demasiado elevada hace que el cerebro funcione peor. Un estudio llevado a cabo por el Berkeley Lab de Estados Unidos, en el que se comparó la temperatura de distintos entornos de trabajo, halló que el rendimiento auenta cuando la temperatura es de 2° o 22° grados, y disminuye cuando supera los 23°C o 24°C. Cuando se llega a los 30°, la productividad desciende un 8,9%.
Según la Asociación de Pacientes con EPOC (Enfermedad Pulmonar Inflamatoria Crónica), el exceso de calor en el ambiente casero puede provocar sequedad que acabe causando deshidratación, así como afecciones en la piel u otros problemas como infecciones, enfermedades respiratorias o dolor de cabeza. Asimismo, cuando la temperatura es demasiado alta, puede producirse un "empeoramiento de las alergias, sequedad de las mucosas o problemas de sueño", explica la citada doctora Sanz Almazán.
LA NOCHE Y EL DÍA
La situación cambia por las noches, cuando, acostados, nos echamos por encima la manta o el edredón. Es por ello que el IDAE recomienda "ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de las viviendas y apagarla por la noche". Estima que, en ese contexto nocturno, la calefacción no es necesaria, porque unos 15°C o 17°C son suficientes para dormir confortablemente.
Si la casa no está bien aislada, sugiere dejarla encendida a esos 15°C o 17°C. En cualquier caso, añade, "apagar por la noche y encender unos minutos al levantarse es mucho mas eficiente que dejarla encendida toda la noche".
El mejor método para mantener la calefacción apagada cuando estamos fuera y asegurarse de que la temperatura es la correcta cuando estamos es casa es programar el termostato a través de sistemas inteligentes disponibles en el mercado, como el Control Clima Smart de Iberdrola.
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