- Transporte
La nueva forma de climatizar los vehículos eléctricos
22 de marzo 2023
3 min de lectura
En un vehículo eléctrico la eficiencia energética es mucho más elevada que en un uno de combustión, pues no hay pérdidas de energía, ni por desprendimiento de calor ni por rozamiento de componentes. Hasta ahora la forma de calentar el interior de un coche consistía en desviar el calor producido por el motor de combustión hacia el habitáculo, con un coste energético mínimo debido a que ese calor ya era producido por el propio motor. En los eléctricos no se produce calor y calentar o enfriar todo el aire del habitáculo, como se hacía hasta ahora, puede hacer disminuir la autonomía de una forma apreciable en caso de temperaturas extremas.
PRIMERO, CALENTAR EL CUERPO
Uno de los principales consejos a la hora de utilizar un vehículo eléctrico en invierno es utilizar la calefacción de los asientos y del volante antes que la climatización habitual por aire. Este sistema es más rápido porque nuestro cuerpo percibe el calor de forma más rápida, y mucho más eficiente que tener que calentar el aire de todo el habitáculo. Por eso, los vehículos eléctricos tienen cada vez más superficies calefactables, como los reposabrazos de las puertas y los situados entre los asientos.
Algunos modelos como los nuevos Lexus RZ, BMW iX e i7 ya cuentan con paneles calefactables por radiación infrarroja en la parte baja del salpicadero que también proporcionan una fuente de calor más rápida y directa hacia los ocupantes y permiten un ahorro energético de un 8%.
SUPERFICIES RADIANTES
El siguiente paso, en el que ya trabajan muchas empresas de componentes para el automóvil y en el que se lleva investigando desde hace años por iniciativa de la Unión Europea, es la aplicación del principio de suelo radiante que ya se utiliza desde hace años en las viviendas. En el caso de los automóviles eléctricos se trata de utilizar paneles conductores que irradian calor por todo el habitáculo. Unas superficies situadas en los paneles de puertas, salpicadero, techo, parte posterior de los asientos e incluso en el suelo.
Este sistema de climatización permite reducir hasta un 20% el consumo energético para adecuar la temperatura del habitáculo de un coche, con el consiguiente incremento de la autonomía.
El problema está en que la mayoría de las superficies interiores de un vehículo son plásticas o textiles, que no son conductoras de la electricidad. Pero también hay solución y está en una serie de diminutas partículas metálicas insertadas en la propia composición de estos materiales. Estas partículas actúan como conductoras de la electricidad y, por tanto, como pequeñas resistencias capaces de generar calor.
Otro sistema que ya está en una avanzada fase de desarrollo es la aplicación de estos paneles conductores y calefactables en unas láminas transparentes y muy moldeables que se adaptan a cualquier superficie, sin alterar su forma ni su aspecto visual, con lo que convertirían cualquier elemento del habitáculo en una potencial fuente de calor.
CINTURONES CON CALEFACCIÓN
El último avance en cuanto a superficies radiantes acaba de presentarse en el CES de Las Vegas 2023, la feria tecnológica más importante del mundo. Se trata de los cinturones de seguridad calefactados, especialmente diseñados para vehículos eléctricos. Gracias a una serie de hilos conductores que se calientan y que van tejidos con las propias fibras del cinturón, los ocupantes perciben una inmediata sensación de calor.
Estos cinturones no modifican ninguna de las características de un cinturón de seguridad normal, por lo que no exigen ningún cambio en el resto de elementos que actúan con este dispositivo. Además, reducen el consumo energético del vehículo eléctrico y ofrecen mayor comodidad al conductor, ya que permiten prescindir de las prendas de abrigo más voluminosas, lo que mejora la libertad de movimientos.
CLIMATIZAR CON LOS OJOS
Otro sistema cada vez más utilizado en los vehículos más modernos, equipados con unos sofisticados sistemas de iluminación ambiental mediante luces led, consiste en variar el color de las luces del interior del habitáculo en función de la sensación temperatura que queremos conseguir.
Se ha demostrado, mediante diferentes experimentos con conductores y pasajeros, que con una luz ambiental en colores rojizos la sensación térmica que perciben los ocupantes es más cálida que con una luz en tonos azules o blancos, siempre con la misma temperatura en el interior del coche. La vista cambia nuestra sensación de calor o frío y eso también ayuda a reducir el coste energético de climatizar el habitáculo, por lo que en muchos coches la iluminación varía de color de forma automática en función de la temperatura elegida.