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Carreras con enchufe: los coches eléctricos en competición
07 nondik urria 2021
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El primer paso hacia la electrificación en las competiciones del automóvil lo dio el campeonato de resistencia WEC, con la llegada de los primeros híbridos. Pero fue en 2014 cuando se inició la era de la electrificación en la competición del automóvil con la aparición de la Fórmula E. A partir de ese momento y del éxito conseguido, se han sucedido otros campeonatos 100% eléctricos, en dos y cuatro ruedas, porque el mundo de la competición ya se ha dado cuenta de que su futuro también está en la electricidad.
Fórmula E
En la temporada 2014-2015 debutaba esta innovadora competición con monoplazas eléctricos. En esa primera temporada todos los coches eran idénticos, con chasis construido por la firma Dallara, motor McLaren y sistema eléctrico creado por Williams F1. En estas carreras la estrategia y la habilidad del piloto para regenerar energía son primordiales para la victoria, así como la participación del público, que puede dar apoyo en forma de energía a alguno de sus pilotos. Se corre en circuitos urbanos por todo el mundo, Nueva York, Londres, Roma, Puebla (México), Pekín, Paris o Berlín.
Hasta la temporada 2018-2019 los pilotos debían cambiar de monoplaza ya que la autonomía de las baterías no era suficiente para las carreras previas y la final. En la última temporada la potencia de los monoplazas alcanzó los 235 kW (340 CV) y sus baterías son de 52 kWh, similares a las de muchos turismos actuales. En esta novedosa competición participan expilotos de Fórmula, de las 24 Horas de Le Mans y otros pilotos como Lewis Hamilton han mostrado su interés por estas competidas carreras.
Pure ETCR
Este mismo año ha debutado esta competición internacional que se disputa con turismos 100% eléctricos, aunque su debut estaba previsto para 2020. Los motores y sistemas de propulsión son comunes en todos los coches, pero los chasis y el diseño exterior son propios de cada equipo. De momento solo cuatro marcas han participado en esta primera edición. El formato de esta competición también es nuevo ya que en cada prueba se disputan una serie de carreras cortas, denominadas batallas, en tandas de dos y de tres coches más una individual contra el crono en la que cada conductor lleva su coche al límite. La potencia de los vehículos participantes está en torno a los 500 kW (680 CV) la mayor de un turismo de competición.
Extreme E
Por supuesto, los vehículos todoterreno de competición no podían quedar fuera de la electrificación y en 2021 ha debutado este nuevo campeonato. Las competiciones tienen tres días de duración, con etapas cortas de clasificación de entre seis y diez kilómetros antes de pasar a las semifinales y la gran final. Todas las carreras se desarrollan en lugares unas veces recónditos y otras más cercanos, pero siempre para desarrollar la atención sobre estos lugares que, de una forma u otra, se han visto alterados por el cambio climático. Las primeras de ellas han tenido lugar en Arabia Saudí, Senegal y Groenlandia.
El coche es común para todos los equipos pero cada uno de ellos aporta su motor con una potencia de 400 kW (550 CV), aunque no se ha notificado la capacidad de la batería. Una particularidad de este campeonato es que todos los equipos deben ser mixtos, con un hombre y una mujer.
Moto E
En 2019 comenzó la Copa Moto E (todavía no tiene categoría de campeonato), organizada por la Federación Internacional de Motociclismo. Todas las motos son la Energica Ego Corsa, del fabricante italiano Energica, con una potencia de 110 kW (147 CV) y una batería de 21,5 kWh, la mayor montada en una moto. La copa se compone de cinco carreras que se disputan en las mismas citas europeas que algunas de las pruebas del Campeonato Moto GP. Cada una de las citas cuenta con unos entrenamientos libres, una prueba de clasificación y una carrera de seis vueltas.
El sonido, la gran diferencia de las carreras eléctricas
Los aficionados más "tradicionales" echan de menos en estas carreras dos sensaciones que siempre han ido asociadas a los vehículos más potentes y rápidos de las competiciones, el sonido y el olor. Asistir a una carrera de vehículos eléctricos es algo diferente, pues ver pasar un monoplaza a toda velocidad escuchando solo un leve zumbido resulta extraño, lo mismo que no percibir ese olor especial que desprenden los grandes motores de combustión en las carreras. Se acabaron los tapones en los oídos para disfrutar en vivo de una carrera de monoplazas en un circuito. Sin duda, será algo a lo que también tendrán que acostumbrarse los aficionados, pero dentro de un tiempo los tímpanos y los sistemas olfativos lo agradecerán.