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Almacenamiento de energía: otra función del coche eléctrico
04 de enero 2024
3 min de lectura
Conseguir un equilibrio perfecto entre la producción de energía renovable y el consumo eléctrico no es tarea fácil ya que muchas veces se genera más energía de la que demandan los consumidores, por lo que hay que buscar soluciones para almacenar y aprovechar ese excedente energético.
Los vehículos eléctricos podrían convertirse en esos almacenes de energía cuando el consumo global es menor que la producción en la red y restituir más tarde esa electricidad cuando es necesaria. Pero como los eléctricos también tienen sus propias y variadas necesidades de energía, se buscan soluciones en las que los coches con baterías tienen un papel clave como contenedores eléctricos, tanto durante su uso como al final de su vida útil.
V2G O V2H
Cada vez son más los vehículos eléctricos que cuentan con el sistema de carga bidireccional, denominado V2G (Vehicle to Grid) o V2H (Vehicle to Home), que permite no sólo recibir energía de la red, sino también devolverla desde las baterías del coche a la red. Este sistema hace posible, por ejemplo, cargar el coche a las horas en las que el coste de la energía es más barato y, cuando es necesario un consumo mayor en el hogar, aprovechar esa energía almacenada en el coche para las necesidades de la vivienda.
Iberdrola ofrece la combinación perfecta para conseguir un equilibrio y control absoluto con Smart Solar, Smart Mobility y ASA. Los paneles solares, el cargador en casa y el Asistente Smart Avanzado (ASA) permiten aprovechar al máximo la energía renovable producida y gestionar todo ello a través de nuestro smartphone.
Si nuestro coche cuenta con carga bidireccional y tenemos paneles solares, cargador y ASA, podemos gestionar la energía de nuestro hogar, regulando el consumo energético en función de las prioridades de la casa y de las horas de mayor producción de energía verde de nuestra vivienda para mejorar la eficiencia.
También podemos utilizar el coche como batería auxiliar cuando los paneles solares están a plena producción y el hogar no necesita esa cantidad de energía programando el funcionamiento de todos los electrodomésticos y la climatización de forma más eficiente. Con ASA es posible convertirse en el gestor directo del consumo sostenible del hogar.
Las posibilidades que ofrece nuestro coche eléctrico para el almacenamiento de energía son mucho más amplias de lo que pensamos y se están realizando pruebas piloto de todo tipo.
En algunas exposiciones y exhibiciones son los vehículos eléctricos los que suministran energía para poner en funcionamiento pequeños electrodomésticos, como cafeteras, pantallas o zonas de cocina. Nissan realizó en 2020 un ensayo en el Pabellón de la marca en Yokohama y consistía en que los asistentes podían pagar el parking con la energía almacenada en sus coches eléctricos. Tan sencillo como descargar la parte correspondiente de electricidad de las baterías de sus coches mientras visitaban este espacio.
BATERÍAS CON SEGUNDA VIDA
Cuando dejan de ser útiles al 100% en un coche eléctrico, las baterías pueden convertirse en perfectos almacenajes de energía para los más variados usos. Uno de ellos es la sustitución de los ruidosos y poco sostenibles grupos electrógenos que normalmente funcional con gasóleo. Con parte de los módulos de las baterías usadas se pueden construir nuevas baterías de gran capacidad formando un pack que se apila en un carro con ruedas que incluye el controlador y el cable cargador.
Estos "packs de energía" pesan alrededor de 35 kilogramos, pueden tener una capacidad de entre 2,3 y 9,2 kW con una potencia que va de 2 a 5 kW, perfectos para usos en cabañas, barcos, pequeños negocios callejeros e incluso para rodajes en exteriores, situaciones en las que habitualmente se utilizaban los grupos electrógenos.
Las baterías usadas también pueden usarse en el hogar, como sistemas de almacenamiento auxiliares en combinación con la carga bidireccional de nuestro coche. En zonas en las que el suministro eléctrico es algo inestable, esta solución permite contar con suficiente reserva energética ante posibles cortes eléctricos. Incluso pueden servir para reforzar el sistema de recarga pública en zonas en las que la potencia no es muy elevada o pueden llegar a producirse cortes de suministro.
Iberdrola fue pionera en España cuando hace dos años inauguró la primera estación de recarga de nuestro país que incorpora baterías usadas. Se encuentra en el kilómetro 175 de la A3, en la provincia de Cuenca. Cuenta con cuatro cargadores que, gracias a las baterías usadas, pueden ofrecer carga a plena potencia durante dos horas. Su capacidad máxima es de 200 kWh y permiten cargas de hasta 100 kW. Cuando se agota la carga de las baterías es la red eléctrica la que suministra la electricidad.
ALMACENAJE DE ENERGÍA A GRAN ESCALA
En Europa se están desarrollando otros proyectos que convierten las baterías usadas casi en pequeñas centrales eléctricas. Para ello se acondicionan antiguos contenedores marítimos en cuyo interior se almacenan las baterías usadas. Funcionan como sistemas de reserva que almacenan la electricidad cuando el consumo es menor y la devuelven de manera instantánea en función de las necesidades energéticas. Puede estar compuesto por cerca de 500 baterías usadas, capaces de almacenar hasta 15 MWh.
A una escala mayor, cada vez son más numerosos los edificios públicos, como estadios deportivos, que utilizan esta solución de dar una segunda vida a las baterías de los coches eléctricos para almacenar energía que luego se usa durante los eventos.