Iberdrola y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) trabajan de la mano en la lucha contra el cáncer, invirtiendo en investigación desde 2015. Entre las iniciativas desarrolladas en el marco de este acuerdo se encuentra Juntos contra el cáncer, un proyecto con el que Iberdrola ofrece a sus clientes la posibilidad de colaborar con la asociación, comprometiéndose a duplicar la cantidad que donan mensualmente a través de su factura de luz o gas.

Actualmente, gracias al éxito de esta iniciativa, los recursos donados por la compañía energética se están destinando a la investigación y al Estudio de mecanismos de transformación y resistencia de cánceres hematológicos, un proyecto liderado por el doctor Jesús San Miguel, director científico del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y de la Clínica Universidad de Navarra. "Si somos capaces de introducir en la comunidad científica el concepto de la detección e intervención precoz para las enfermedades hematológicas, al igual que ya ocurre en algunos tumores sólidos, puede cambiar de manera muy significativa la tasa de curación de estos pacientes", explica San Miguel.

Este programa busca la detección e intervención precoz en enfermedades hematológicas malignas, como las leucemias, linfomas, mieloma y síndromes mielodisplásicos que, a día de hoy, se consideran muchas incurables.

En la última década, ha habido un avance muy importante alrededor de estas enfermedades. No obstante, los médicos solo consiguen curar a un grupo muy pequeño de pacientes. "Esto es debido a que cuando tratan a estos enfermos ya se ha desarrollado el cáncer de una manera global", explica el doctor San Miguel.

Se sabe que la mejor estrategia para curar el cáncer es su detección precoz. Es un hecho, por ejemplo, en cánceres como los de mama, de próstata o el colorrectal, donde una intervención a tiempo cambia completamente el panorama de un paciente. El doctor San Miguel y el resto de investigadores de este proyecto quieren entender el mecanismo de transformación y resistencia de estas enfermedades hematológicas para poder salvar más vidas.

En el primer paso del proyecto, se centraron en diferenciar tres grupos de neoplasias: los linfomas foliculares, las gammapatías monoclonales (mieloma múltiple) y los síndromes mielodisplásicos/leucemia mieloblástica, que representan el 50% de los cánceres hematológicos; y que comparten un modelo de transformación de formas benignas a malignas.

INCREMENTAR LAS TASAS DE CURACIÓN

La idea es tratar de erradicar estos tres tipos de cáncer atacando dos estados críticos del proceso de la enfermedad: el estado premaligno, cuando todavía no está avanzado; y el estado de enfermedad mínima residual (EMR), es decir, cuando existen una cantidad pequeña de células que persisten en el cuerpo tras el tratamiento.

"Queremos entender los mecanismos de la transformación y de la resistencia para poder abordar estadios precoces de la enfermedad, en lugar de hacerlo cuando la enfermedad está totalmente desarrollada", describe San Miguel.

Con esta investigación, quieren implementar nuevas herramientas que faciliten a la comunidad científica el desarrollo de soluciones innovadoras para acelerar el uso de la medicina de precisión en la práctica clínica diaria. Herramientas con las que esperan "detectar, purificar y caracterizar las células que se transforman durante la enfermedad", afirma San Miguel.

Por ejemplo, generarán bases de datos accesibles para toda la comunidad médico-científica que incluyan los avances de sus estudios. Además, han desarrollado un modelo animal que recapitula la progresión de la enfermedad, lo que permitirá probar tratamientos eficaces contra la enfermedad en sus diferentes estadios; y han logrado desarrollar protocolos para el aislamiento y la caracterización de las células resistentes a la quimioterapia.

El compromiso continuado de Iberdrola y de sus clientes ha conseguido que la compañía se convierta en el principal colaborador privado de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Desde el lanzamiento de la campaña Juntos contra el cáncer, en 2017, casi 80.000 personas entre empleados y clientes de la compañía se han involucrado en el proyecto, con el que Iberdrola ha aportado un total de 3,1 millones de euros.