- Autoconsumo
Agrivoltaica, el tándem perfecto entre la energía solar y la agricultura
05 nondik uztaila 2022
0 min de lectura
¿Qué pasaría si sumásemos dos conceptos aparentemente antagónicos, las energías renovables y agricultura? Pues que su combinación en una misma superficie de terreno permitiendo su cohabitación haría que nos aprovechásemos, al mismo tiempo, de dos sectores clave. Esto es, a grandes rasgos, lo que ocupa el novedoso concepto de agrivoltaica. Esta filosofía, en pleno crecimiento y dotada de un enorme potencial, supone una gran variedad de enfoques innovadores que serán una parte clave de la transición energética y climática.
La agrivoltaica aporta una solución eficaz a la aparente competencia por el uso del suelo mediante la creación de sinergias entre las energías renovables y la agricultura. Además, la agrivoltaica promueve al mismo tiempo el desarrollo rural sostenible y la protección de la biodiversidad y los ecosistemas. De tal manera que ocupa uno de los principales objetivos del denominado Green Deal, que establece una serie de medidas dirigidas a favorecer la descarbonización del sector energético y en las que esta nueva tendencia juega un papel fundamental.
Aunque la agrivoltaica surgió a principios de los años ochenta, se han necesitado varias décadas para acuñar el término y comprender plenamente sus múltiples beneficios. Consiste en combinar, por ejemplo, paneles solares y cultivos en la misma superficie de terreno. Para ello se utilizan sistemas de soporte fijos para elevar los paneles solares unos cinco metros por encima del suelo, lo que permite a la maquinaria agrícola acceder a los cultivos que se encuentran debajo. Es decir: un techo solar que protege los cultivos y, mientras, permite que las cosechas crezcan, produce energía.
Otras soluciones son los invernaderos solares o los módulos fotovoltaicos instalados entre las hileras de cultivo.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LA AGRIVOLTAICA?
Podemos resumir en cuatro grandes beneficios esta revolución energética que convive de maravillas con la producción de alimentos.
El primero de todos es que la agrivoltaica maximiza el potencial de la energía solar. Las tres cubiertas terrestres con mayor potencial de energía solar fotovoltaica son las tierras de cultivo, los pastizales y los humedales. Si la agrivoltaica se extendiese lo suficiente, la demanda mundial de energía se compensaría con la producción
En segundo lugar, la agrivoltaica le sienta bien a ciertos cultivos. Aunque no todos los cultivos tienen las mismas necesidades climáticas, los módulos agrivoltaicos pueden actuar como barrera contra la excesiva radiación solar, el calor, la sequía o las fuertes lluvias. Esto proporciona una protección muy necesaria para los cultivos en épocas de calor extremo o de fuertes lluvias, permitiendo que crezcan sin verse afectados por los cambios estacionales. Y la sombra que crean los paneles ayuda a mantener el suelo húmedo durante más tiempo, proporcionando a las plantas el suministro óptimo de agua.
Por otro lado, las granjas solares aumentan su rendimiento, ya que los paneles solares fotovoltaicos producen energía a partir de la luz que reciben, no del calor, actuando este en detrimento de su eficiencia. Cultivar bajo los paneles fotovoltaicos reduce la temperatura de los mismos, evitando que disminuya su rendimiento. Y viceversa: cultivar con techo solar también aumenta la productividad de la tierra, ya que cultivar y producir energía renovable al mismo tiempo significa que los agricultores pueden aumentar sus beneficios, un factor cada vez más crucial en vista del crecimiento mundial de la energía solar fotovoltaica.
Por último, la agrivoltaica, sin lugar a dudas, causa un impacto positivo en el medio ambiente ya que permite generar electricidad y promueve un mayor desarrollo en las zonas rurales. Una tendencia cada vez más extendida que ayuda a enriquecer las comunidades gracias a las actividades empresariales derivadas, a la vez que contribuye a conservar y mejorar los ecosistemas.
En plena expansión de las energías renovables, dentro de la crisis climática que obliga a una transición urgente, el desarrollo y difusión de las tecnologías agrivoltaicas parecen marcar el camino a seguir. Bienvenida, agrivoltaica. El futuro es híbrido.