La incertidumbre de los últimos años y la transformación a la movilidad eléctrica había dejado casi en el olvido a los descapotables, una de las formas más auténticas de disfrutar de la conducción.

Antes de llegar al reciclaje total de sus baterías, los pilas de un vehículo eléctrico pueden tener muchas y muy variadas horas de servicio cuando dejan de ser útiles en un coche.

Conseguir que la recarga de un vehículo eléctrico sea tan rápida o más que repostar hoy en día un coche con motor térmico centra las investigaciones en todos los elementos que participan en el proceso de recarga.

Ya hemos mostrado cómo un vehículo eléctrico puede ser útil tanto para los trabajos más diversos o para el ocio al funcionar también como un gran power bank. En Navidad esa función puede tener también divertidas utilidades.

Contar con un punto de recarga allí donde es difícil instalarlo o donde el coste de instalación es elevado ya no es un problema. El punto de recarga se desplazará hasta nuestro coche.

Las bajas temperaturas tienen un efecto directo en las baterías de iones de litio de la mayoría de los vehículos eléctricos, por eso cuentan con unos sofisticados equipos de refrigeración.

General Motors ha patentado una idea que podría suponer un cambio radical en los tiempos de recarga de los vehículos eléctricos de una forma casi inminente.

Los vehículos destinados a las ceremonias funerarias hace décadas que se incorporaron a la propulsión eléctrica, pero el curioso motivo de esa transformación no fue precisamente por razones medioambientales.