Durante los viajes y trayectos que realizamos habitualmente con vehículos eléctricos, nos encontramos con nuevos usuarios que no tienen claros los conceptos técnicos que hay que conocer para sacar el mejor partido de sus coches. Una de las quejas más habituales es la velocidad a la que se recargan sus coches y, por tanto, el tiempo de carga que tardan los coches eléctricos en llenar sus baterías. Aunque el cargador ofrezca una potencia de 150 kW, no significa que nuestro coche pueda admitir esa velocidad de carga; por eso, es muy importante saber cómo es el sistema eléctrico de nuestro coche y conocer cuál es su potencia máxima de recarga.

En un artículo anterior ya explicamos la diferencia entre corriente alterna (AC) y corriente continua (DC). En gran parte de los puestos de recarga tenemos tres tipos de conectores con las inscripciones AC y DC, el primero con el conector más pequeño y el segundo con conexión CCS o CHAdeMO. La potencia máxima que ofrecerá un conector AC estará siempre por debajo de los 50 kW y, además, nuestro coche deberá convertir esa corriente alterna en continua. Con este tipo de corriente la mayoría de los coches apenas llegan a los 22 kW de potencia (la mayoría están en unos 11 kW), es decir, cargarán 22 kW como máximo en el mejor de los casos en una hora. Si nuestro coche tiene una batería de 50 kWh y empezamos a cargar desde el 10% necesitaremos como mínimo unas dos horas para cargarlo.

CARGADORES RÁPIDOS Y SUPERRÁPIDOS

Si queremos reducir el tiempo de carga de nuestro coche eléctrico no es suficiente con enchufar nuestro coche a un cargador con una potencia elevada que, por supuesto, debe ser DC y con uno de los conectores de mayor tamaño, el CCS o el CHAdeMO, en función del que utilice nuestro vehículo. Aunque ya hay cargadores de este tipo que ofrecen potencias de hasta 350 kW, lo que significa que podrían llenar la batería de 50 kWh de nuestro coche en menos de 10 minutos, la realidad es que eso también depende de lo que admita nuestro vehículo y esa es la potencia máxima de recarga, un dato técnico del vehículo que debemos conocer.

Es como si quisiéramos conectar la manguera con la que se suministra combustible a un Airbus A380 a nuestro coche de gasolina. Por muy rápido que quisiéramos llenar el depósito de combustible, el coche no podría admitir semejante flujo de gasolina. Con los eléctricos ocurre exactamente lo mismo, por mucha potencia que tenga el cargador, si el coche no está preparado para recibirla, la velocidad de recarga será la máxima que puede admitir nuestro eléctrico.

La mayoría de los eléctricos actuales tienen potencias de recarga de entre 100 y 150 kW, aunque esa cifra aumenta progresivamente con cada actualización de un modelo o el lanzamiento de uno nuevo. Son potencias más que suficientes para la mayoría de los cargadores y para que llenar las baterías de un vehículo eléctrico medio no nos lleve más de media hora.

Los eléctricos actualmente disponibles en el mercado que admiten las mayores velocidades de recarga son el Porsche Taycan y el Audi e-tron GT, con 270 kW, seguidos por los Hyundai Ioniq 6 y Kia EV6, con 240 kW. Sus sistemas eléctricos están preparados para potencias de hasta 350 kW, lo que ofrecen los cargadores más potentes que, de momento, hay disponibles, pero estos vehículos están limitados a una cifra ligeramente inferior.

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Por todo esto, es muy importante conocer cuál es la potencia máxima que admite nuestro coche y fijarnos muy bien en el cargador al que lo conectamos. De nada sirve pagar la energía más cara de un puesto de recarga de 150 kW si nuestro coche no admite más de 50 kW de potencia porque no vamos a acelerar el proceso por muy potente que sea el cargador.

Desde la app Recarga Pública Iberdrola podemos conocer no sólo la ubicación de cada uno de los puntos de recarga, también el tipo de conector, su potencia y el precio de la energía. Descárgatela en la Apple Store (iOS) o en Google Play (Android).