- Sostenibilidad
Qué son las ciudades de 15 minutos
30 of March 2023
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Entre las políticas para hacer de los núcleos urbanos espacios más habitables y sostenibles, el concepto de ciudad de 15 minutos ha cobrado especial protagonismo en los últimos años. Alineado con la idea, más amplia, de las smart cities, aboga por descentralizar los servicios esenciales de las ciudades, de modo que los habitantes dispongan, en su entorno más cercano -el que puede recorrerse en un cuarto de hora a pie o en bicicleta-, de todo lo necesario para vivir: centros de salud, colegios, zonas verdes, instalaciones deportivas, lugares de ocio... e incluso el lugar de trabajo.
La noción rompe con la estructura tradicional de ciudades con un centro neurálgico y barrios que crecen a su alrededor como meros suburbios dormitorio.
La denominación de ciudad de 15 minutos la acuñó en 2016 Carlos Moreno, asesor de urbanismo de Anne Hidalgo, alcaldesa de París. Con la premisa de que el transporte en coche se ha convertido en el mayor de emisor de CO2, propugna "ser creativos e imaginar, proponer y construir otro ritmo de vida, otras formas de ocupar el espacio urbano para transformar su uso". Sugiere para ello conjugar cuatro parámetros (proximidad, diversidad, densidad y ubicuidad) con las seis funciones urbanas primordiales (vivir, trabajar, abastecer, cuidar, aprender y disfrutar). Una fórmula que daría como resultado ciudades "donde, en menos de quince minutos, los habitantes puedan acceder a sus necesidades vitales esenciales", añade el teórico.
TODOS LOS SERVICIOS "A MANO"
En otras palabras, se trataría de conseguir que cada habitante tuviera los servicios básicos a mano (en realidad, a pie) para no verse obligado a desplazarse en coche a fin de obtenerlos, lo que redundaría en más tiempo para uno mismo y su familia, un considerable ahorro, un aire más limpio y, en última instancia, mayor felicidad. Sobre todo, cuando la población mundial tiende a apiñarse en ciudades: según Naciones Unidas, en 2050 el 70% de los habitantes del planeta vivirá en urbes.
Habrá quien objete que el modelo solo pone nombre a una realidad que ya existe. De hecho, la propia Comisión Europea señala que la ciudad de 15 minutos "puede considerarse como parte de un movimiento más amplio que comenzó con la Ciudad Jardín e incluye la Unidad Vecinal, el Desarrollo Orientado al Tránsito o el Cronourbanismo", todas ellas "alternativas a las prácticas de planificación urbana y de movilidad centradas en el automóvil".
Ciertamente, en la mayoría de ciudades españolas la gente hace vida en su barrio, donde están ubicados el centro de salud, el colegio de los niños, el parque, los supermercados y el polideportivo. Pero ni esto es común a todas las ciudades del mundo, ni es el único objetivo, ni es del todo posible por una importante excepción: el trabajo.
Por lo general, las personas no elijen donde trabajan; es decir, si pudieran elegir entre dos trabajos iguales, uno situado a dos manzanas de su casa y otro a 20 kilómetros, seguramente escogerían el primero. Cuando no lo hacen, es porque no depende de ellas.
CÓMO SE INTEGRA EL TRABAJO EN LA CIUDAD DE 15 MINUTOS
El informe Global Public Transport Report 2022 demostró que la media de tiempo que emplean los madrileños para ir y volver del trabajo cada día es de 48 minutos; de 41 en Barcelona. La solución que sugieren para esto los ideólogos de la ciudad del cuarto de hora es fomentar el trabajo en remoto.
La pandemia de covid puso de manifiesto que se puede rendir igual o mejor en el trabajo cuando este se realiza desde casa. Los modelos flexibles, que combinan trabajo en casa y en la oficina, están hoy ampliamente implantados y podrían expandirse en el futuro.
En este sentido, un estudio de 2022 de expertos griegos subrayó el creciente papel del smart working ("trabajo inteligente"), el cual, "en términos generales, se refiere a una forma ágil de trabajo en la que el acto de trabajar está desconectado de un lugar y tiempo específicos. Es, esencialmente, un fenómeno sociotécnico posibilitado por los avances tecnológicos de la última década que permiten a los ciudadanos elegir cuándo, dónde y cómo trabajarán. El fenómeno ya existía en muchos países de la UE antes de la pandemia, sin embargo, el covid-19 lo aceleró a un ritmo sin precedentes".
Si a ello se le añade la implementación del transporte público ecológico, el modelo -que no persigue cronometrar nuestros movimientos, sino reformular ciertos principios dentro de lo posible- se antoja más factible.
De hecho, la teoría es tan dúctil que a finales de 2022 investigadores alemanes optaron por hablar de "ciudades de más o menos 15 minutos".
EJEMPLOS DE CIUDADES DE 15 MINUTOS
Dos son las estrategias principales para realizar la conversión al modelo:
- La dotación de nuevos servicios públicos accesibles en cada barrio.
- La reutilización de espacios ya existentes para usos polivalentes.
En muchas ciudades ya se ha pasado a la acción. Por ejemplo, en París los colegios abren en horario no lectivo para ser utilizados como lugares comunitarios de esparcimiento.
En Barcelona se apuesta por la división de barrios en "supermanzanas"; según un estudio de 2022, cada una de esas parcelas actualmente alberga de media 21 de los 24 servicios básicos contemplados y el 84% de ellas tiene acceso a un centro de salud. La supermanzana de Poblenou fue la primera en implantarse (en 2016) y abrió el camino a las supermanzanas de Sant Antoni, Horta y L'Eixample. En Madrid se baraja la creación de supermanzanas en barrios como Salamanca y Retiro.
Los Barrios Vitales de Bogotá pretenden mejorar las calles y comunidades creando incluso zonas prioritarias para niños en los alrededores de las escuelas. En Buenos Aires se está trabajando para que todos los vecindarios dispongan de espacios verdes, mercados de alimentos frescos y otros suministros, además de habilitar una de las zonas peatonales más grandes del mundo.
En cinco distritos de Melbourne se está probando el proyecto 20-Minute Neighbourhoods ("Barrios de 20 Minutos"), dotándolos de servicios que queden a un máximo de veinte minutos andando de distancia para los vecinos.
Y, por último, Ottawa y Shanghái están en proceso de establecer modificaciones para mejorar la calidad de vida en sus barrios.
BENEFICIOS DEL CONCEPTO
El modelo de ciudad de 15 minutos lleva aparejados beneficios en varias áreas, de la salud y el bienestar a la economía y, por supuesto, el cuidado del medio ambiente. Está desarrollado principalmente para reducir las emisiones de carbono al disminuir el uso de automóviles y el tiempo de desplazamiento motorizado. La reducción de la contaminación del aire a las concentraciones más bajas en las ciudades podría evitar 124.729 muertes al año por exposición a PM2.5 y 79.435 muertes al año por exposición a NO2, sostiene un estudio publicado en la revista científica The Lancet en 2021. Si no se redujera, las enfermedades derivadas de la polución (respiratorias, coronarias, cáncer) podrían costar entre 2.000 y 4.000 millones de dólares al año a la economía mundial para 2030, según otro estudio de la misma publicación de 2022.
Por otra parte, al fomentar los desplazamientos a pie o en bicicleta, el concepto invita a los ciudadanos a incrementar su actividad física, lo que como por todos es sabido, implica beneficios para la salud y previene enfermedades. Las conexiones sociales también se ven mejoradas, al crearse una red de residentes que se conocen entre sí y participan en la vida comunitaria. Las ciudades de 15 minutos serían más seguras para niños y mayores y accesibles a personas con discapacidades.
En cuanto a los beneficios para el clima, "el concepto urbano basado en la proximidad reduce directamente las necesidades de viaje y, por lo tanto, las emisiones urbanas en general", asegura un artículo de la revista Nature. Pero esta ventaja no proviene solo de la restricción del tráfico: la idea de obtener, producir y consumir productos locales también puede ayudar a reducir las emisiones, añade el mismo documento.
Las autoridades de Melbourne han calculado que una implementación exitosa de sus ciudades de 20 minutos podría reducir las emisiones diarias de gases de efecto invernadero en más de 370.000 toneladas.
El objetivo de la mayoría de grandes ciudades es alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050.
Por último, y dado que estas propuestas favorecen el comercio local, los gobiernos, mediante los debidos incentivos, "no solo se benefician del desarrollo de una infraestructura de manera eficiente y de calidad, sino también del crecimiento del capital humano que se produce en forma de creación de empleo y mejora de las habilidades de los trabajadores locales", exponen varios expertos de Francia, Australia, Japón y Noruega en un documento de 2022. En definitiva, este modelo promete ciudades más prósperas, verdes, resilientes y accesibles para todos los ciudadanos.