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Invierno y vehículos eléctricos: todo lo que hay que saber

15 de noviembre 2022

3 min de lectura

Las bajas temperaturas tienen un efecto directo en las baterías de iones de litio de la mayoría de los vehículos eléctricos, por eso cuentan con unos sofisticados equipos de refrigeración.
Invierno y vehículos eléctricos: todo lo que hay que saber

El rango óptimo de temperatura de funcionamiento de las baterías de un vehículo eléctrico va de los 22º a los 25º grados centígrados. Un clima extremo, por encima de esa temperatura, pero especialmente por debajo, afecta muy directamente a su rendimiento. Si al consumo de energía que supone mantener las baterías en esa temperatura óptima añadimos las necesidades de climatización para el interior del habitáculo, el consumo final y por tanto la autonomía se ven afectadas.

En invierno también utilizamos más dispositivos necesarios para la conducción y que consumen energía, como las luces, los limpiaparabrisas o la luneta y los retrovisores calefactados. Pero no hay que alarmarse, porque también existen algunas reglas muy fáciles de cumplir para que el frío extremo no afecte en exceso a nuestro eléctrico.

No dejar la batería a menos del 20%

Aunque esta es una norma casi básica en cualquier estación del año y cualesquiera que sean las condiciones de conducción para preservar la longevidad de las baterías, en invierno esta práctica tiene una especial relevancia. Si dejamos la batería "en mínimos", esa cantidad de energía que nos queda va a ir destinada a que el sistema de refrigeración de la propia batería consiga la temperatura adecuada para la recarga. Esto dará como resultado un mayor consumo energético y un tiempo de recarga superior.

No dejar la batería a menos del 20%

Cargar "en caliente"

"El frío afecta al rendimiento de las baterías por los efectos electroquímicos que tienen lugar en el interior de las celdas de ión-litio", destaca Francesc Sabaté, responsable de Desarrollo de Sistemas de Energía de SEAT. Poner el vehículo a cargar justo después de su conducción también es una buena práctica porque la temperatura de la batería ya se encuentra en ese rango óptimo de funcionamiento y de estar forma mejoramos el rendimiento del proceso de carga.

Si es posible, cargar en interiores

Si es posible, cargar en interiores

No es algo que en muchas ocasiones se pueda elegir, pero siempre que sea viable es recomendable que nuestro eléctrico se encuentre en un entorno protegido y algo más cálido durante el proceso de recarga. Esto permitirá que el sistema de refrigeración de las baterías tenga que trabajar menos, y tanto las necesidades de energía para mantener esa temperatura óptima como el tiempo de recarga se reducirán de forma apreciable.

Carga en exteriores

Preacondicionar el habitáculo

Si recargamos nuestro coche y horas después nos subimos a él en pleno invierno nos veremos obligados a poner la climatización a tope para que el habitáculo resulte cómodo. Si programamos la carga para que finalice poco antes o al mismo tiempo en el que vamos a utilizar el coche, el interior puede estar a la temperatura que hayamos programado. La ventaja es que la energía necesaria para calentar el habitáculo no vendrá directamente de las baterías de nuestro coche sino de la red de carga, con lo que no se verá afectada la autonomía final al no consumir energía de las baterías para la climatización.

Mejor con la calefacción de los asientos

Mejor con la calefacción de los asientos

Siempre que sea posible es recomendable utilizar el sistema de asientos (y volante si lo tenemos) calefactables en lugar de la calefacción tradicional. Calentar el aire de todo el habitáculo tiene un coste energético mucho mayor en los eléctricos, ya que no hay un motor que desprenda calor como en el caso de un vehículo de combustión y eso repercute directamente en la autonomía final. Los asientos y el volante calefactables consumen menos energía, y al estar pegados al cuerpo notaremos el calor de una forma mucho más inmediata que con la calefacción tradicional.

Sin peligro por el hielo

Sin peligro por el hielo

Al igual que cuando llueve no hay problema con la humedad o por los conectores mojados, es habitual que cuando dejamos nuestro eléctrico cargando en el exterior, el conector e incluso el cable lleguen a cubrirse con una capa de hielo. Tocarlo para desenchufarlo no implica ningún riesgo, más allá de lo desagradable que puede ser coger un elemento completamente helado con las manos descubiertas.

Autonomía con frío extremo

Autonomía con frío extremo

A la hora de planificar un viaje con temperaturas muy bajas es importante tener en cuenta que en estas condiciones la autonomía habitual puede verse reducida hasta en un 30% con respecto a unas condiciones más cálidas. También es muy importante observar las predicciones y avisos meteorológicos de situaciones extremas, como el temporal Filomena de 2021, que dejó a miles de conductores bloqueados en mitad de las carreteras heladas.

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