El ordenador personal no es el primer dispositivo doméstico que viene a la mente cuando pensamos en consumo eléctrico en el hogar. Sin embargo, no conviene pasarlo por alto. En muchas viviendas se usa a diario, aunque sólo sea para leer y enviar correos electrónicos, almacenar fotos o practicar gaming. En otras, se ha convertido en herramienta indispensable del quehacer profesional: con el aumento del teletrabajo —en 2023, tres millones de personas trabajaron desde casa—, con creciente frecuencia nos vemos obligados a conectarnos a videoconferencias, redactar informes o utilizar plataformas de colaboración, todo desde nuestro ordenador. Por unas razones u otras, cada vez lo usamos más.

El ordenador es un dispositivo electrónico que funciona enchufado a la red. Por tanto, su consumo tiene reflejo en la factura eléctrica que recibimos cada mes. Para determinar consumo y gasto hay que analizar cuál es su potencia. Y para ello, es necesario distinguir entre ordenadores de sobremesa y portátiles, sus características (por ejemplo, el tamaño de la pantalla), las aplicaciones o programas que tengamos en funcionamiento.

La potencia es la energía que necesita un dispositivo para funcionar. Se mide en vatios (W). Estrechamente relacionada con la potencia está la energía que el dispositivo consume en un determinado periodo de tiempo. Esta se mide en vatios-hora (Wh). La factura de la electricidad se establece en base a kilovatios-hora (kWh), que es Wh dividido entre 1.000. El consumo de energía de ordenadores está determinado por la energía que requiere para funcionar y los patrones de uso.

CUÁL ES LA POTENCIA DEL ORDENADOR DE SOBREMESA

Establecer cuánta energía demanda un ordenador es complejo, pues los hay de potencias muy diversas. Algunas fuentes cifran la potencia de un ordenador de sobremesa en un rango que va de los 36 a los 250 W. Otras se atreven a establecer una media en 66,1 W cuando está en funcionamiento. En cuanto a la potencia de un ordenador portátil en funcionamiento, es, de media, de 32,5 W.

¿Esto es mucho o poco? Para salir de dudas podemos comparar esos datos con la potencia de otros dispositivos hogareños. La potencia de la lavadora está entre los 1.500 W y los 2.500 W (igual que la del lavavajillas); la del televisor, entre los 200 W y los 400 W; la del microondas, entre 100 W y 1.500 W; y la del frigorífico, de 250 W a 350 W. Esas variaciones se deben a que, por ejemplo, lavar la ropa con agua fría no requiere la misma potencia que hacerlo con agua caliente. En todos esos casos, la potencia es mayor que la del ordenador.

Las tareas que llevemos a cabo exigen más o menos potencia por parte del ordenador. No es lo mismo emplearlo para escribir en un procesador de texto que para mantener reuniones online. Investigadores de universidades de Ámsterdam y Turín hallaron que el envío de un correo electrónico es lo que menos potencia demanda: 87,11 W de media; lo que más potencia requiere es transferir datos pesados de una ubicación a otra (97,21 W). Navegar por la web requiere 88,57 W; reproducir un archivo de audio, 87,94 W; y conectarse a una videoconferencia, 91,69 W.

POTENCIA DEL ORDENADOR EN REPOSO

Como el resto de dispositivos conectados a la red, las computadoras también consumen energía cuando están en reposo. A este respecto, un estudio de la Universidad de Oregón calculó que su consumo fantasma es muy bajo en el caso de los portátiles: de 0,9 a 2,1 W. Los ordenadores de sobremesa utilizan 2,6 W de potencia de carga fantasma. Para que te hagas una idea más clara, el consumo oculto de un microondas es, de media, de 2,7 W. Los investigadores de este trabajo descubrieron, además, que un 27% de los usuarios, cuando terminan de usar el ordenador, en vez de desconectarlo lo dejan en modo sleep. Pero incluso apagado, el ordenador tiene un consumo medio de 1,5 W.

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CUÁNTO NOS CUESTA USAR EL ORDENADOR
La Agencia de Medio Ambiente del gobierno de Francia asegura que un ordenador portátil puede consumir entre un 50% y un 85% menos de energía que uno de sobremesa. Para calcular cómo se refleja eso en la factura, basta con multiplicar el consumo (la potencia que necesita cada hora) por el precio de la luz. Según un estudio estadounidense, los ordenadores de sobremesa se usan de media 7,3 horas al día, mientras que los portátiles una media de 4,8 horas al día. Por otro lado, estima que el consumo anual de las computadoras de sobremesa es de 194 kWh y el de las portátiles de 75 kWh.
Partiendo de una tarifa de 0,109420 €/kWh, como la del Plan Online de Iberdrola, usar el ordenador de sobremesa casi a jornada completa te costaría 21,22€ al año, mientras que el portátil, esas 4,8 horas al día, 8,20€ al año.

CONSEJOS PARA AHORRAR CON EL ORDENADOR

Aun así, ese gasto se puede reducir de forma sencilla y, disminuyendo, de paso nuestra huella de carbono. Algunos consejos para rebajar el consumo de electricidad del ordenador son: usar el salvapantallas, apagar la pantalla o recurrir a los modos de suspensión e hibernación cuando hacemos una pausa en el uso; ajustar el brillo de pantalla (en los ordenadores portátiles esto puede implicar un ahorro del 40%; desconectar periféricos como impresoras o escáneres cuando no los estemos utilizando (pues al estar conectados, exigen más energía al ordenador); o algo tan simple como conectarse a las videoconferencias sólo con audio, sin cámara, lo que reduce las emisiones en un 96%.