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Cuál es la mejor luz para estudiar

30 de agosto 2024

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Luz natural o artificial. Cálida o fría. El entorno influye para conseguir concentrarse y un factor determinante es la iluminación.


 

¿Qué se necesita para obtener un buen rendimiento académico o aprobar unas oposiciones? Hincar los codos, dirán algunos. Razón no les falta. Pero no es lo único: tan importante como la voluntad es una buena concentración y esta depende, en gran medida, del entorno. Elegir un lugar cómodo, silencioso, bien ventilado y sin distracciones contribuirá a que el esfuerzo sea más eficaz. Pero hay otro factor directamente relacionado con el entorno que no debemos pasar por alto: la luz.

Si lo piensas, la mayoría de acciones del ser humano dependen de una adecuada iluminación. De ahí que las carreteras estén bien iluminadas por la noche para que podamos distinguir claramente carteles, señales y desvíos, y que los cines se suman en completa oscuridad para proyectar una película. Una discoteca iluminada como un campo de fútbol sería un fracaso, y en centros comerciales, tiendas y escaparates la luz se cuida al máximo a fin de atraer la atención del posible cliente. Por tanto, si hay una luz adecuada para todo, tiene todo el sentido que también exista para estudiar.

Además, nuestro ritmo circadiano se asocia a los estímulos de la luz. Cuando sale el sol por la mañana nos despertamos dispuestos a funcionar; cuando se hace de noche tendemos a entrar en un progresivo estado de letargo que culmina con el sueño. La luz es tan importante que mueve las manillas de nuestro reloj interno.


 

LA LUZ Y EL ESTADO ANÍMICO

Se ha probado que la luz influye en el estado de ánimo de las personas. En 2001, un equipo de investigadores de la Universidad de Milán halló que la luz del sol de la mañana reduce el tiempo de hospitalización de personas con depresión bipolar. En la misma línea se pronunciaron científicos de la Universidad de Alberta: las habitaciones soleadas del hospital aceleran la recuperación de depresiones graves.

Está demostrado que una buena iluminación mejora el ánimo. En consecuencia, una luz correcta a la hora de estudiar no sólo facilitará que asimilemos mejor el temario, sino que nos pondrá en buena disposición para afrontar la tarea.

En el ámbito docente, investigadores neerlandeses descubrieron en 2012 que la iluminación en las aulas influye en la concentración de los alumnos. Para ello seleccionaron dos clases, una la dejaron con su iluminación convencional y en la otra incorporaron un sistema que variaba la luz en función del momento: más intensa por la mañana (para espabilarlos), cenital (cuando debían hacer un examen) o más relajante (cuando debían hacer un trabajo en equipo). Detectaron que los estudiantes de esa aula dinámica tenían un índice de concentración más alto que el de los del aula estándar.

Con todos esos datos, podemos, de entrada, delimitar cuál no es la mejor luz para estudiar: aquella que incrementa la fatiga, provoca somnolencia, irrita o produce dolor de cabeza. Para enfocarlo en positivo (establecer cuál sí lo es) hay que tener en cuenta variables como la fuente, la intensidad o la temperatura de la luz.


 

LUZ NATURAL PARA ESTUDIAR

La luz natural se antoja, a priori, excelente para la lectura, comprensión y asimilación de cualquier escrito. Un estudio que analizó a 9.000 estudiantes de EE UU concluyó que la luz natural mostró efectos positivos significativos en su rendimiento escolar. Otra investigación halló que la luz natural contribuye positivamente a un mayor rendimiento académico tanto en lectura como en ciencias.

Investigadores de la Universidad de Illinois afirmaron en 2016 que “la salud, la satisfacción, la atención y, en consecuencia, el rendimiento de trabajadores y estudiantes mejoran con la ayuda de la luz natural”. Por si fuera poco, un equipo de científicos de varios países de Europa, tras comparar datos de 2.670 niños de primaria de doce naciones de la UE, determinaron en 2021 que “los parámetros de iluminación natural son relevantes para el rendimiento de los escolares”.

Ocurre, sin embargo, que la luz natural es cambiante; no es igual a las 10 de la mañana que a las tres de la tarde y, por supuesto, por la noche no hay. En determinados momentos del día puede producir sombras que dificulten la lectura o, por el contrario, puede ser tan intensa y directa que se refleje en el blanco de los libros y este nos deslumbre.


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MEJOR COLOR DE LUZ PARA ESTUDIAR

Por ello, es recomendable combinar la luz natural con la artificial. La mejor para estudiar es la luz fría. Comparada con la luz cálida, la luz fría es más parecida a la natural, en el sentido de la temperatura de color. Es lo que afirmaron en 2016 dos investigadores surcoreanos que midieron la tonalidad de la luz natural, la luz cálida artificial y la luz fría a partir de un concepto denominado “temperaturas de color correlacionadas” (TCC). Resulta que el TCC de la luz solar tiene aproximadamente 6.500 grados Kelvin, mientras que la luz cálida no suele superar los 3.500 K y la luz fría se encuentra por encima de los 5.000 K.

Partiendo de esa base, colocaron electrodos a los voluntarios y midieron su frecuencia cardíaca con cada TCC. El TCC más intenso (el de la luz solar) provocó el mayor nivel de alerta psicológica, mientras que el de 3.500 K producía modorra. Luego les pidieron que hicieran unos ejercicios y compararon los resultados. Los hallazgos confirman la Ley Yerkes-Dodson, una observación formulada hace más de un siglo por los psicólogos Robert Yerkes y John Dodson: que existe una relación entre la excitación mental y el rendimiento.

A similar conclusión llegaron en 2018 científicos de la Universidad de Shiraz (Irán), tras someter a varias pruebas a un grupo de voluntarios. Les pusieron a estudiar bajo cuatro tipos distintos de luz, clasificados de dos en dos en función de la fuente (LED (ENLACE TIPOS DE BOMBILLAS) o fluorescente compacta) y la temperatura (cálida y fría). Con luz fría LED se observó un aumento en el nivel de alerta, y cuando se les pidió redactar un escrito, los participantes consiguieron resultados significativamente mejores con luz fría que con cálida. Por lo tanto, los expertos concluyeron que las luces fría y LED fueron más beneficiosas para el rendimiento en el estudio.

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