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Cuánto consume la manta eléctrica

16 de septiembre 2024

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¿Puede este pequeño electrodoméstico, destinado a calentar la cama, ayudarnos a ahorrar? Analizamos su consumo energético (y en euros) y lo comparamos con el de calefactores eléctricos y radiadores de bajo consumo.


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Por su versatilidad, la manta eléctrica es uno de los pequeños electrodomésticos más socorridos. Lo mismo sirve para aliviar molestias de espalda o articulaciones que para caldear el sofá o incluso la cama como antaño hacían las bolsas de agua caliente. Es fácil de usar, transportable, no muy cara y su funcionamiento es tan simple que cuesta imaginar un modelo que no cumpla perfectamente su cometido. Ahora bien: si lo que pretendes es usarla para combatir el frío en invierno y ahorrar en calefacción, tal vez te estés preguntando cuál es su consumo eléctrico.

La manta eléctrica es, como su nombre indica, una manta que cuenta con un cable que se enchufa a la red. Una vez encendida, transforma la energía eléctrica en calor, el cual se distribuye de forma homogénea por toda su superficie gracias a un circuito interno de cables. A través de un termostato permite regular la temperatura, que por lo general oscila de los 20º C a los 40º C.

Los modelos más modernos albergan cables de fibra de vidrio (que generan calor infrarrojo, más seguro y eficiente) y pueden disponer de un temporizador para que la manta se apague automáticamente pasado el tiempo que hayamos determinado previamente; esto es muy útil cuando vamos a usarla en la cama a la hora de dormir.  

Si bien para calentar zonas del cuerpo doloridas se recomienda que no se utilice más de 30 minutos seguidos, para calentar el lecho –puesto que lo normal es situarla por encima de estas, cual manta tradicional; o en otras palabras, sin estar en contacto directo con la piel, lo que podría ocasionar quemaduras– puede usarse durante horas o toda la noche.


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CONSUMO REAL DE LA MANTA ELÉCTRICA

Para determinar el consumo de la manta eléctrica hay que tener en cuenta, primero, su potencia. Esta suele ir en consonancia con su tamaño: las más pequeñas pueden funcionar a 60 vatios, mientras que las que cubren la cama por completo (algunas de las cuales, dicho sea de paso, son tan estéticas como las mantas normales) pueden llegar hasta los 160 vatios. Hablamos de mantas que miden 200cmx180cm o más; si bien existen de este tamaño con potencias inferiores.

Estableciendo como promedio unos 120 vatios de potencia, y suponiendo que se use toda la noche (ocho horas) durante los tres meses más fríos, estaremos hablando de un consumo de 86,4 kWh al año. Si nos vamos a una manta de 160 vatios de potencia, usarla el mismo tiempo conllevaría un consumo de 115,2 kWh al año. Traducido a euros, usar la manta eléctrica cada noche en invierno nos saldría por 9,45 euros al año (si se trata de un modelo de 120 vatios) o de 12,60 euros al año (en modelos de 160 vatios). Para ello hemos tomado como referencia el precio del Plan Online de Iberdrola, de 0,109420 euros las 24 horas del día.


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Puesto que IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía) estima en 4.000 kWh el consumo medio total de cada hogar en España al año, podría decirse que el de la manta eléctrica, con el uso propuesto anteriormente, representaría el 2,16% en el primer supuesto y el 2,8% en el segundo.

La manta eléctrica no está entre los electrodomésticos que más consumen. La lavadora, cuya potencia va de los 1.500 a los 2.500 vatios, consume de media unos 245 kWh al año, según IDAE. Eso representa, de acuerdo con la misma fuente, un 8% del total de energía consumida en el hogar. La televisión, de entre 200 y 400 vatios de potencia, consume en torno a 263 kWh al año, lo que supone un 10% del total.

MANTA ELÉCTRICA O CALEFACCIÓN

Ahora bien, ¿es más rentable calentar la cama con una manta eléctrica que con un calefactor eléctrico? Vaya por delante que la potencia de los calefactores es mucho mayor, pues puede llegar a superar los 3.000 vatios. Pero si nos centramos en un modelo de 1.500 vatios (el recomendado para calentar un dormitorio), el consumo durante ocho horas cada noche en los tres meses invernales ascendería a 1.080 kWh; o lo que es lo mismo, a 118 euros. Si realizamos la comparativa con radiadores de bajo consumo, de menor potencia que los calefactores, un modelo de 600 vatios consumiría 432 kWh al año, o 47,26 euros.

La manta eléctrica ofrece otras ventajas aparte del ahorro, entre las que cabe destacar la rapidez con que despide el calor, la eficacia con que lo concentra en el área elegida, el hecho de que puedan lavarse como una manta convencional (pero no plancharse) y su seguridad, ya que, mientras no toquen la piel, no entrañan ningún riesgo.

 

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