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Las válvulas termostáticas: cómo ahorrar gas gracias a ellas
28 de enero 2021
3 min de lectura
Las válvulas termostáticas son unas piezas que se sitúan en los radiadores, y que se encargan de regular de forma automática la temperatura de las estancias de la casa. Lo que hacen estos elementos, en realidad, es regular el caudal de agua que fluye por el radiador. De esta manera, se consigue disfrutar de la temperatura más adecuada, y adaptada a las necesidades de cada uno.
El funcionamiento de estas válvulas termostáticas es muy sencillo. Una vez colocadas en el radiador, debes escoger la temperatura que desees. Si esta temperatura es mayor que la que hay en la habitación, la válvula abre el radiador para que pase el agua y el calor se genere. Pero, si la temperatura seleccionada es menor, se cierra el paso del agua, para que el radiador no emita toda la energía.
Tipos de válvulas termostáticas
Precisamente, a partir de su funcionamiento, se pueden distinguir hasta tres tipos diferentes de válvulas termostáticas. Todas ellas son aptas para cualquier tipo de vivienda. Por tanto, las podrás instalar en una unifamiliar, una comunidad de vecinos, en un sistema de calefacción central, en uno individualizado, etc.
Válvulas termostáticas con cabezal mecánico
Este tipo de válvulas dispone de una rueda giratoria que lleva impresos una serie de números (por lo general, de 1 a 5) con los que controlar la temperatura que se desea tener en la habitación. Basta con seleccionar, mediante un giro, un número mayor o menor en función de la temperatura que queramos.
Válvulas termostáticas con cabezal electrónico
En este caso, disponemos de un panel de control para regular la temperatura. Aquí podrás programar los horarios, y las temperaturas de todas las habitaciones de la casa. Generalmente, el cabezal cuenta con un pequeño teclado, y una pantalla, sobre la que se reflejan todos los datos de control.
Válvulas termostáticas con cabezal electrónico a distancia
Por último, este tipo de válvulas es similar al anterior. La diferencia está en que el ajuste de la temperatura se podrá hacer en remoto. Dicho control se realizará por medio de un cronotermostato centralizado, que se ubica en un punto concreto de la casa. En la actualidad, también se puede controlar desde el teléfono móvil, con una aplicación.
Cómo ahorrar gas con las válvulas termostáticas
En muchas ocasiones, el problema de la eficiencia energética en una vivienda está en el mal uso que se hace de los dispositivos y sistemas de la misma. Por ejemplo, al encender la calefacción, es probable que emplees incluso aquellos radiadores que se encuentran en habitaciones vacías, generando un gasto de energía innecesario. Esto es lo que puedes solucionar a partir del uso de las válvulas termostáticas.
Su sencilla instalación te permitirá disfrutar, de inmediato, de un importante ahorro energético. Además, son la mejor solución para cualquier tipo de vivienda. Con solo abrir o cerrar la válvula, podrás impedir o permitir que el flujo de agua caliente se distribuya por el radiador. Y, todo ello, con la máxima comodidad de poder regular tú mismo la temperatura que desees, ya sea de forma manual sobre el mismo radiador, o a distancia, en función del caso.
Con solo fijar la temperatura en una de las estancias, podrás garantizar que dicha temperatura no se supere en el resto. No obstante, también puedes personalizar la temperatura que deseas en cada lugar. Así, evitas que haya habitaciones vacías en las que se esté derrochando energía. Además, para lograr un ahorro adicional, en Iberdrola disponemos del Plan Gas Hogar, un plan a tu medida, sin permanencia y que te permitirá ahorrar en tu factura de gas si consumes menos de 50000 KwH al año.
Ventajas del ahorro de gas con las válvulas termostáticas
Ventajas del ahorro de gas con las válvulas termostáticas Se estima que, con el uso adecuado de las válvulas termostáticas, podrás ahorrar entre un 15% y un 20% anual de calefacción en casa. Esto va a tener, sobre todo, unas ventajas económicas para tu bolsillo. Pero, a su vez, logrará que puedas disfrutar de un mayor confort en la vivienda, al ajustar la temperatura que necesitas en cada habitación.
La comodidad de uso es otra de las grandes ventajas de estas válvulas. Sin ir más lejos, ya no tendrás que estar pendiente del control de la temperatura. El calor se repartirá mucho mejor por toda la vivienda, sin que en ningún momento se derroche más energía de la necesaria. Algo que podrás comprobar desde el primer mes en tu factura.
Hay que tener en cuenta, también, que estas válvulas frenan las variaciones de las cargas térmicas que se producen durante el día en cualquier habitación. Dichas variaciones pueden darse debido a los cambios de temperatura externos e internos, a la presencia de un mayor número de personas o de dispositivos eléctricos, a la luz solar que entra por las ventanas, etc. Las válvulas termostáticas harán que en la estancia se mantenga siempre el nivel de temperatura que desees.
Precisamente, estas variaciones son las que, en muchas ocasiones, provocan que el gasto de energía se mayor. De hecho, por cada grado que se aumenta en la temperatura de la calefacción, el consumo energético de la vivienda se incrementa en un 7%.
La instalación de una válvula termostática
La válvula termostática se suele instalar en uno de los laterales de la parte superior del radiador. Lo más recomendable para su instalación, es que se encargue de ella un profesional especializado. No obstante, no es una tarea muy compleja y la puedes realizar tú mismo, siempre que cumplas con todos los pasos.
Precisamente, para una correcta instalación hay que apagar la calefacción y vaciar todo el circuito (hacer una purga de radiadores). Es muy importante, además, que la válvula que compres sea compatible con el radiador.
En caso de sustituir una válvula por otra, hay que retirar la antigua con la ayuda de una llave inglesa y un destornillador. Por lo general, las nuevas válvulas tienen las mismas dimensiones que las antiguas, por lo que no debería haber ningún problema en su instalación. Aún así, debe comprobarse si la nueva pieza es válida, y compatible con el radiador.
El vaciado del circuito de agua de la instalación se debe hacer antes de desmontar la válvula ya existente. Para colocar la pieza nueva, se empieza por la rosca que va adherida al radiador, para colocar por último el cabezal termostático elegido.
Las válvulas termostáticas son, en definitiva, una solución muy eficiente para ahorrar en la vivienda. Un ahorro energético que no solo vendrá bien desde el punto de vista económico, sino también para disfrutar del máximo confort en casa.
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