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Vehículos eléctricos: ¿más caros o más baratos de mantener?
12 of July 2021
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En un vehículo eléctrico el número de componentes es aproximadamente un 60% menos que en uno de combustión y desaparecen elementos como las bujías, filtros de aire, gasolina y aceite, la correa de distribución y las diferentes correas que mueven otros elementos. Tampoco hay bomba de aceite o combustible, aunque sí tenemos un sistema de refrigeración para las baterías. Los frenos sufren un desgaste mucho menor, gracias a la frenada regenerativa que llevan todos los eléctricos, algo que consigue que tengamos que pisar menos el pedal y tanto las pastillas como los discos alargan su vida útil de forma considerable.
Los fabricantes aseguran que el mantenimiento de un eléctrico puede ser de media un 40% más barato que su equivalente de combustión. El sistema de refrigeración del eléctrico es algo más sofisticado que en un modelo de combustión, pero las operaciones de mantenimiento de este elemento son iguales, a los 180.000 kilómetros o cada 10 años. El único elemento que tiene algo más de desgaste son los amortiguadores, debido al mayor peso del eléctrico por la presencia de las baterías.
Tomamos como ejemplo el Peugeot 208 disponible en el mercado en versiones de gasolina y 100% eléctrico. El Peugeot 208 Allure PureTech 130 EAT8 con cambio automático tiene un precio sin descuentos de 24.682 euros mientras que su equivalente eléctrico 100%, el Peugeot e-208 Allure de 136 caballos cuesta, también sin descuentos ni ayudas, 34.150 euros. Casi 9.500 euros más caro el eléctrico, una diferencia que puede reducirse considerablemente hasta casi igualar el precio del gasolina si nos acogemos a todas las ayudas del Plan Moves III. Los dos son exactamente iguales por fuera y no hay diferencia estética alguna más allá de las inscripciones del modelo y pequeños detalles de color azul y los indicadores del cuadro de instrumentos en el eléctrico, además de la diferencia de peso, 290 kilogramos más en el eléctrico.
En el de combustión las revisiones deben realizarse cada 20.000 kilómetros o cada año, lo que antes se produzca, mientras que en el eléctrico hay que hacer una revisión cada 25.000 kilómetros o dos años. Según los datos proporcionados por la marca, el coste de las operaciones de mantenimiento del gasolina sería de 27 euros mensuales, frente a los 18 euros del eléctrico.
En cuanto a consumo, y calculando que se recorren 1.000 kilómetros al mes (unos 12.000 kilómetros al año), el gasolina supondría un gasto de unos 65 euros frente a los 20 euros del eléctrico. El resultado es que incluyendo consumo y mantenimiento los gastos mensuales del eléctrico son aproximadamente un 59% más baratos que los del modelo de combustión.
Falta añadir las ventajas fiscales y de uso diario que el eléctrico tiene en algunas ciudades y comunidades autónomas, como el acceso a zonas de bajas emisiones, no pagar el estacionamiento regulado, descuentos en peajes, impuesto municipal de circulación reducido o la posibilidad de acceder a los carriles BUS-VAO sin necesidad de llevar dos o más ocupantes. El precio inicial que hay que pagar por un eléctrico es claramente superior al de un modelo tradicional, pero hay que estudiar con detenimiento nuestras necesidades de movilidad y las ventajas que nos puede aportar la movilidad 100% eléctrica y sostenible.
¿Y QUÉ PASA CON LA SEGURIDAD?
Otra preocupación de los posibles clientes de un vehículo eléctrico es la seguridad de todo el sistema eléctrico y en especial de las baterías en caso de un accidente. En un eléctrico, el riesgo de incendio o explosión es mucho menor que en uno de combustión, a pesar de algunas alarmantes noticias que todos hemos visto. Los vehículos eléctricos son sometidos a las mismas pruebas de choque que los térmicos y la mejor demostración son los ensayos que realiza EuroNCAP, el organismo independiente que desde hace décadas otorga las famosas estrellas en función de la seguridad de los vehículos.
Además, los equipos de emergencias de la mayoría de los países en los que ya hay un parque de vehículos eléctricos han sido aleccionados sobre cómo actuar en un accidente en el que se vea implicado uno o más vehículos eléctricos.