Se llama range anxiety y traducido sería algo así como la ansiedad por la autonomía. Es decir, el miedo a quedarnos sin batería en mitad del viaje con nuestro coche eléctrico. Pero no hay que tenerlo y para vencer ese temor lo mejor es ser previsores. Es importante comprobar la cobertura de nuestro seguro en caso de avería y la asistencia que tenemos contratada.

La mayor parte de las aseguradoras ya tienen pólizas específicas para vehículos eléctricos y en la mayoría de los casos la solución suele ser subir el coche a una grúa y llevarlo a un punto de recarga o un taller o concesionario equipado con cargadores.

Si llega a darse el caso de que nos hemos quedado con las baterías completamente descargadas, lo primero que tenemos que hacer es ponernos en contacto con nuestro seguro y nunca intentar empujar o remolcar nuestro coche eléctrico como si fuera uno de combustión. Esta idea podría ser nefasta para los motores eléctricos e incluso para nosotros, pues los vehículos eléctricos son mucho más pesados que uno de combustión.

Además, ya existen varias empresas que se dedican a suministrar electricidad móvil allí donde nos hemos quedado tirados mediante vehículos especialmente adaptados. Estos salvadores cuentan con cargadores de 7 y 22 kW capaces de suministrar energía suficiente para cubrir la distancia necesaria hasta un punto de recarga, ya sea para coches o motos. Cuentan con todo tipo de conectores y adaptadores para que la conexión no sea un problema.

Una de las primeras empresas en ofrecer este servicio fue la cadena de talleres First Stop y más recientemente se ha unido la empresa Baterías a domicilio. A medida que crece el parque de coches eléctricos esta solución va extendiendo su disponibilidad geográfica y, además de Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Málaga, ya está activo en Vigo, Zaragoza, Bilbao y Burgos.

ASISTENCIA "LIMPIA"

En algunos países como Japón o Estados Unidos, donde empezaron a comercializarse eléctricos hace más de una década, los primeros servicios de este tipo los daban las tradicionales grúas movidas por motor diesel que al mismo tiempo actuaban como generadores de electricidad. Ahora las cosas son muy diferentes y los vehículos que acuden para las recargas de emergencia son también eléctricos, equipados con cargadores eléctricos que utilizan energía limpia para proporcionar la ayuda necesaria a sus clientes. En estos casos, se utilizan furgonetas, scooters o triciclos también propulsados por electricidad.

¿ME MULTAN POR QUEDARME SIN BATERÍA?

No, no nos pueden sancionar por quedarnos sin batería, pero sí por lo que podemos provocar por no poder mover nuestro coche. Por ejemplo, dejar el coche en el arcén o la mediana de una carretera puede costarnos una sanción de 200 euros, lo mismo que obstaculizar la vía pública. Por lo tanto, es mejor no apurar y hacer caso de las indicaciones de nuestro coche, ya que todos ellos nos avisan con antelación de la autonomía que nos queda e incluso nos informan de los puntos de recarga más cercanos.

Hay modelos eléctricos que después de que el indicador de la batería marque 0% todavía pueden recorrer hasta 30 kilómetros, otros reducen drásticamente la velocidad a la que podemos circular y desconectan climatizador, equipo de sonido y cualquier otra fuente de consumo eléctrico cuando llegamos a un nivel mínimo de batería.

Por ello, lo mejor es ser previsores y no intentar batir un récord de autonomía. Buscar un lugar seguro en el que aparcar y esperar la asistencia.