Desde la irrupción de la Thermomix, las cocinas no vivían una revolución igual. Hablamos del fenómeno que en los últimos años viene protagonizando la freidora de aire (o airfryer), cuyo impacto está siendo incluso mayor que el del opulento robot, por ser más barata. A día de hoy existen en el mundo más de 70 millones de unidades de freidoras de aire, cuatro veces más que en 2018. Se espera que el censo aumente un 10,59% cada año hasta 2028, según datos de Statista Market Insights.

Su funcionamiento más económico es, de hecho, el principal aliciente que anima a la gente a comprarlas. Para un 53% de quienes han pagado por ellas es la razón más importante; el 46% se dejó seducir, sobre todo, por su capacidad de cocinar más rápidamente y el 43% alega que quería reducir la cantidad de grasa consumida, de acuerdo con una encuesta realizada en Reino Unido.

Atractivos no faltan a estos pequeños electrodomésticos que, a pesar de su nombre, no fríen. Actúan como minihornos de convección, asando sin aceite (o muy poca cantidad, si queremos conseguir un aspecto dorado) y, por tanto, de un modo más saludable, patatas, verduras, pollo y una amplia variedad de platos. Logran un efecto muy similar al de las freidoras tradicionales sin necesidad de bañar los alimentos, como hacen estas, en un cubo de aceite hirviendo, lo que reduce la ingesta de perjudiciales grasas trans y el consumo de aceite, cuyo precio actual legitima más que nunca su apodo de “oro líquido”.

​​​​​​​Getty

Además, estas nuevas freidoras son muy limpias, puesto que puedes proteger la cesta interior empleando un papel especial, desechable, antiadherente y muy resistente, donde se deposita el alimento y que evita que el compartimento se manche. Y si se mancha, es fácil de lavar.

Eso si las comparamos con las freidoras de toda la vida. Pero las freidoras de aire también se utilizan como alternativa al horno. Este no requiere abundante aceite, pero cocina muy lentamente, por lo que al decantarnos por una airfryer podemos cocinar lo mismo, pero de una manera más rápida. Lo cual, de entrada, redunda en mayor comodidad (para quienes no están por la labor de dedicar horas a la cocina) y, aparentemente, ahorro económico.
Ahora bien: si te has comprado una freidora de aire, puede que al usarla por primera vez te hayas dado cuenta de que en realidad no es tan rápida. Para freír una ración de patatas fritas congeladas puede dedicar alrededor de 20 minutos, que es mucho más de lo que tarda la freidora de aceite y prácticamente lo mismo (un poco menos quizá) que si las hiciéramos al horno. Y tal vez, tras la sorpresa inicial, te hayas preguntado si usar la freidora de aire va a beneficiar tu salud general… pero no va a ser tan barata.

¿GASTA MUCHA LUZ LA FREIDORA DE AIRE?

Para salir de dudas, se impone, antes de nada, dilucidar cuánto consume una freidora de aire. Según el portal Greenmatch, requiere entre 1,4 y 1,7 kWh para funcionar. Por el contrario, un horno convencional demanda entre 2,0 y 2,2 kWh.

En cuanto a su potencia, una freidora de aire estándar se mueve en un rango de 800 y 2.000 W, y un horno eléctrico, entre 2.000 y 5.000 W; más del doble. De lo que se deduce que, en comparación con el horno, la freidora de aire es bastante eficiente.

​​​​​​​Getty

¿Implica eso que usarla sale también más barato? Según Greenmatch, una hora de airfryer nos cuesta entre 0,25 y 0,65 euros, y el mismo periodo de tiempo usando un horno, entre 0,65 y 1,63 euros. Un estudio (https://utilita.co.uk/campaigns/iceland) halló que usar la airfryer nos sale de media por 3 euros al mes o 36,25 euros al año, mientras que el horno tradicional por 10,52 euros al mes o 127 euros al año. Es decir, utilizar la freidora de aire cuesta aproximadamente un tercio de lo que nos cuesta el horno. Siendo aún más precisos: usar esta freidora en lugar del horno eléctrico nos permite ahorrar 90,75 euros al año.

El otro “rival” de la freidora de aire es la freidora de aceite, cuya potencia oscila entre los 1.000 y 2.500 W y su consumo medio, entre 1 y 2,5 kWh. Son escalas similares a las de la airfryer, por lo que también es eficiente, pero lo que te ahorras en electricidad (en comparación con el horno) te lo gastas en aceite. Es verdad que, en algunos casos, el mismo aceite puede usarse para varias frituras, pero no siempre.

POR QUÉ LA FREIDORA DE AIRE ES MÁS EFICIENTE

En la freidora de aire, los alimentos se colocan en una canasta con canales y respiraderos especiales en el fondo y a los lados; a su vez, un elemento calefactor cerca de la parte superior de la freidora emite calor al aire en la cámara de cocción, al tiempo que un ventilador mueve el aire caliente rápidamente (convección). Los canales de la canasta permiten que ese aire caliente circule alrededor de la comida.

Es el mismo sistema que emplean los hornos, pero el tamaño de las freidoras de aire es más reducido. El calor que generan se concentra en el alimento, que ocupa casi todo el espacio de la cesta, la cual, por muy grande que sea, es mucho menor que el interior de un horno. El horno, en cambio, necesita calentar un espacio mayor, incluyendo el que hay encima, debajo y a los lados de la bandeja, lo que lo hace menos eficiente. Por esta misma razón, en la freidora de aire el calor se distribuye de una forma uniforme por la comida (aunque para determinadas recetas se recomienda que, a mitad de cocción, se le dé la vuelta o se agite para lograr un tono homogéneo).

​​​​​​​Getty

Además, para obtener un óptimo resultado, el horno hay que precalentarlo unos 10 minutos. Esto no es necesario en la mayoría de modelos de freidora de aire, lo que reduce el consumo de energía y el tiempo de espera a que se prepare la comida.

​​​​​​​CÓMO HACER AÚN MÁS EFICIENTE TU FREIDORA DE AIRE

Y, a pesar de todo, podemos hacer que nuestra freidora de aire sea aún más eficiente siguiendo unos sencillos consejos.

1. Se recomienda rebosar el compartimento de la cesta lo más posible: de este modo, no se desperdiciará el calor generado.
2. Es interesante familiarizarse con los distintos programas de cocción que vienen preconfigurados; improvisar manualmente la operación puede derivar en cocciones excesivas y gasto extra.
3. La limpieza regular de la freidora de aire redundará en una mejor circulación del aire (o, dicho de otro modo, si está sucia, tardará más en calentar y se incrementará el consumo).
4. Procura cocinar el plato completo (por ejemplo, pollo con su guarnición de verduras) antes que hacerlo dos veces, una por cada alimento.
5. Asegúrate de que la freidora que vas a comprar es la que mejor se adapta a tus necesidades: las grandes consumen más, por lo que, para una persona sola o una pareja, tal vez sea más conveniente optar por un modelo de menor capacidad.