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¿Cuánto consume tu secadora? Guía para ahorrar en tu factura

13 de diciembre 2024

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Sin ser el electrodoméstico más extendido, está en la mitad de los hogares españoles. Lo que uno se ahorra en molestias al tender lo gana en comodidad y rapidez, pero cuesta dinero. Analizamos cuánto.

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​​​​​​No es un electrodoméstico que esté presente en todos los hogares, pero cada vez más de ellos cuentan con una secadora para retirar la humedad de la ropa después de los lavados. Lo hace, desde luego, de una forma más rápida y cómoda que el tradicional tendido al sol. Incluso más estética. En concreto, y según el Instituto Nacional de Estadística, el 50,2% de las viviendas en España disponen ya de secadora; o lo que es lo mismo: un poco más de la mitad.

A las mencionadas ventajas de este servicial aparato con respecto al engorroso tendido hay que añadir un evidente inconveniente: tender las prendas es gratis, no así usar la secadora. Se trata de un electrodoméstico que consume electricidad.

Para calcular el consumo de la secadora hay que tener en cuenta que hay categorías más rápidas que otras y requieren diferentes potencias. Por otro lado, existen programas de secado (como el modo “Eco”) que consumen menos que otros.

Y no sólo eso: como el resto de electrodomésticos, las secadoras se clasifican en función de su eficiencia, mediante los conocidos códigos que van de la A (máxima eficiencia) a la D (alto consumo). Una secadora de categoría A puede consumir hasta un 40% menos que una de la categoría C.

A pesar de que los factores que influyen en el gasto son diversos, puede establecerse una media. Hay fuentes que la sitúan en unos 270 kW/año. O lo que es lo mismo: en 2,1 kWh por cada programa de secado. En cambio, un análisis del gobierno de Canadá estimó en 591,4 kWh/año la media del consumo de energía anual por equipo en 2019, bastante por debajo de los 909,8 kWh/año que gastaban en 2000. En cualquier caso, y según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España, las secadoras sólo representan el 3,3% del consumo eléctrico de un hogar.

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TIPOS DE SECADORAS Y SU CONSUMO

Para profundizar en el consumo eléctrico de la secadora hay que detenerse a analizar sus distintos tipos:

  • Secadoras de evacuación. Toman aire del exterior, lo calientan mediante una resistencia para deshumedecer la ropa y luego lo expulsan de nuevo hacia fuera a través de un tubo. Su tecnología es simple y no son de las más caras, pero implican instalarlas en un lugar de la vivienda con acceso al exterior; por esa razón, son de las menos compradas. Su consumo ronda los 4,8 kWh, lo que según el Plan Online de Iberdrola costaría 0,52 euros la hora.
  • Secadoras de condensación. Recogen el aire de un intercambiador refrigerador que condensa la humedad; como en las de evacuación, unas resistencias calientan el aire, que se inyecta al tambor. Realizan su función de una manera rápida: en solo 86 minutos de media en programas para algodón. Consumen unos 4,2 kWh (0,45 euros la hora), por lo que se recomiendan en casos en que vaya a dárseles poco uso: por ejemplo, en hogares unipersonales, donde se pone una lavadora a la semana, o en segundas residencias.
  • Secadoras de bomba de calor. En este caso, emplean bomba de calor (y no resistencias) para elevar la temperatura del aire. Consumen un promedio de 2,2 kWh (0,23 euros la hora), la mitad que las de evacuación y condensación. Pueden llegar a consumir solo 1,33 kWh (0,14 euros). Sin embargo, son más caras y sus programas son más largos que los de las secadoras de resistencias, pues necesitan unos 135 minutos (más de dos horas) para programas de algodón.

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CÓMO REDUCIR CONSUMO DE SECADORA

De todos modos, esas cifras de consumo pueden reducirse si llevas a cabo una serie de rutinas más eficientes. La primera, como es lógico, pasa por escoger una secadora con etiqueta A. Antes de ponerla en funcionamiento, es recomendable centrifugar una vez más la ropa en la lavadora, lo que reducirá el exceso de humedad y, en consecuencia, el consumo de la secadora. Hay quien saca la ropa un poco antes de la secadora de que esté seca por completo, facilitando la tarea de doblarla y ahorrando unos euros en energía.

Conviene considerar que cuanto menos arrugada salga la ropa, menos tiempo deberemos dedicar al posterior planchado, el cual también consume; de ahí que llenar la secadora de forma moderada (dejando un 20% libre) y sacar la ropa del aparato lo antes posible contribuirá a que salga con menos arrugas.

Por supuesto, debes limpiarla periódicamente, ya que la acumulación de suciedad en filtros y condensador obligará a la máquina a emplear más energía para realizar la misma operación. Hay que tener en cuenta, además, que en verano la ropa tendida al sol se seca muy rápido, por lo que quizá debes plantearte en esos meses efectuar el secado a la antigua usanza a fin de ahorrar en tu factura.

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