- Transporte
Vacaciones en coche eléctrico: es posible
18 de julio 2021
3 min de lectura
Para hacerlo todavía más difícil, no tenemos punto de recarga propio ni en el domicilio de partida ni en el destino, por lo que dependemos completamente de los cargadores públicos. Nuestro coche es un Volkswagen ID.3 Pro S, con una batería de 77 kWh de carga útil, una de las más grandes del mercado, con la que anuncia una autonomía máxima de homologada de 554 kilómetros y un consumo oficial de 15,5 kWh/100 km.
Lo primero que hacemos es utilizar el planificador de rutas de la aplicación de Iberdrola que nos pide el origen, destino, modelo de coche, nivel de carga de la batería con la que salimos y nivel de carga con el que queremos llegar a las paradas. Iniciamos la marcha con un 81% de carga de la batería y una autonomía estimada por el coche de 450 kilómetros; elegimos llegar con un mínimo del 20% de la batería a cada una de las paradas y la aplicación nos traza la ruta más idónea con dos paradas. También marcamos la ruta en el navegador de nuestro Volkswagen para optimizar al máximo la eficiencia del recorrido. La app nos lleva por Jaén y Granada, un recorrido con menos kilómetros, pero nosotros decidimos hacer el trayecto por Córdoba y la más moderna y menos transitada autopista A-45, aunque supone unos 25 kilómetros más, por lo que buscamos la alternativa en la propia aplicación.
Llegamos a la primera parada para recargar en el kilómetro 192 de la A4, a la altura de Valdepeñas, en un punto de cargadores superrápidos del consorcio europeo Ionity, con cuatro puestos y una velocidad máxima de recarga de 350 kW, aunque nuestro coche no admite más de 150 kW. La app de Iberdrola (que ofrece los dos primeros meses gratis cuando te la descargas y 15% de descuento para los clientes de Iberdrola) nos permite gestionar y pagar sin ningún problema. En 40 minutos, mientras desayunamos en el restaurante contiguo, pasamos del 29% de carga al 92% con una autonomía estimada por el coche de 441 kilómetros, y un coste de 41,33 euros, ya que en estos cargadores superrápidos el kilowatio cuesta 0,79 céntimos frente a 0,30 céntimos en un punto de 50 kW. La velocidad de carga no ha sido la esperada y el máximo que pudimos comprobar durante el proceso fue de 72 kW.
Nuestra siguiente parada es en la localidad cordobesa de Lucena, en la A-45, y el cargador de Iberdrola está dentro del aparcamiento público del centro de la población. Cuando nos conectamos nos llevamos la agradable sorpresa de que el Ayuntamiento de Lucena "paga" una hora de recarga gratuita y en esa hora pasamos del 27% de batería al 83%, con una potencia real de 49 kW, con lo que la autonomía que calcula nuestro Volkswagen es de 348 kilómetros, más que suficientes para llegar a Marbella.
Como en nuestro domicilio de destino no tenemos punto de recarga propio y aunque nos queda todavía un 43% de batería, decidimos parar en Fuengirola, en otro punto de recarga Iberdrola situado en el parking del McDonald's, con una potencia de 50 kW. Aprovechamos para comer y en menos de una hora enchufados con una potencia real de carga de 49,5 kW tenemos la batería al 100% con una autonomía de 509 kilómetros, más que suficientes para movernos durante los cuatro días que estaremos allí, y nos ha costado 13,20 euros.
El viaje de regreso ha sido casi repetir nuestros pasos a la inversa. La primera parada la realizamos nuevamente en Lucena y de nuevo nos sale gratis por gentileza del Ayuntamiento y aprovechamos para desayunar.
Salimos con la batería al 95% y la segunda parada la "estiramos" un poco más, 274 kilómetros, y la hacemos más cerca de Madrid, en el área de servicio Taray de Villarta de San Juan, Ciudad Real, a unos 145 kilómetros de Madrid. Este cargador de Iberdrola también tiene una potencia de 50 kWh y mientras tomamos algo en aproximadamente una hora nuestro Volkswagen se carga hasta el 92%, con energía de sobra para llegar a Madrid y un coste de 15,20 euros.
¿Conclusión de la experiencia de estas vacaciones con enchufe? Viajar con un eléctrico es viable y asequible usando la aplicación de recarga pública de Iberdrola que nos ayudará, además, con la planificación para un viaje perfecto.
CONSUMO, LA CLAVE DE LA AUTONOMÍA
Al igual que ocurre con los coches de combustión, los consumos homologados son más bajos que los que se obtienen en una conducción real, sobre todo en condiciones de fuerte calor como las que tuvimos durante el recorrido. Cuando llegamos a nuestro destino en Marbella el ordenador de viaje nos indica que hemos empleado 5 horas y 54 minutos en el viaje, sin contar el tiempo de carga, con una velocidad media de 99 kilómetros/hora y un consumo de 20,1 kWh/100 km. El gasto de energía, manteniendo siempre los límites máximos de velocidad en cada tramo, circulando en el modo ECO de conducción y con el climatizador conectado dado el fuerte calor, ha sido un 25% superior al homologado. Con este consumo, la autonomía máxima de la batería agotándola hasta el final (algo nada recomendable) hubiera sido de 383 kilómetros.
En el viaje de regreso hemos empleado 20 minutos menos porque ya teníamos todo más controlado: nuestra velocidad media ha sido de 101 km/h y el consumo casi idéntico, 20,2 kWh/100 km. En total, hemos gastado 69,73 euros entre la ida y la vuelta, gracias al patrocinio del ayuntamiento de Lucena, aunque el coste final habría sido unos 30 euros más si hubiéramos tenido que pagar esas dos cargas, es decir, unos 90 euros en 1.400 kilómetros de recorrido.
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