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Consumo de la vitrocerámica: guía para ahorrar en tu factura
07 de marzo 2023
3 min de lectura
Las placas de las cocinas no se encuentran entre los electrodomésticos que más consumen en una vivienda. Sin embargo, dos factores suelen generar dudas en el usuario: por un lado, su elevada frecuencia de uso, que puede ser de tres veces al día; por otro, los distintos tipos que existen en el mercado. Según IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía), las más extendidas siguen siendo las tradicionales cocinas de gas, de las que se contabilizan 5.230.000 equipos en nuestro país; les siguen de cerca las vitrocerámicas (5.120.000) y, en tercer lugar, las de inducción (menos de 900.000). También existen mixtas (vitrocerámica/inducción), de las que se cuentan 600.000 unidades. ¿Consumen todas por igual? Y en el caso concreto de las vitrocerámicas, ¿hay modo de ahorrar en la factura? Con esta guía, es posible.
ELIGE BIEN EL TIPO DE PLACA
No, no consumen todas por igual. De entrada, las de llama de toda la vida funcionan con gas. Las vitrocerámicas y de inducción, en cambio, lo hacen con electricidad (aunque existen vitrocerámicas de gas). En el caso de las de inducción, lo que produce el calor son unas bobinas situadas bajo la placa que generan un campo magnético.
Comparando las tres variedades en función de su eficiencia, las cocinas de inducción salen ganadoras. Utilizan hasta el 99% de la electricidad que generan para cocinar los alimentos (las vitrocerámicas solo el 63%). Sus tiempos de calentamiento son significativamente más rápido, casi el doble que las cocinas de gas y de resistencia eléctrica, según un estudio de 2019.
Traducido en gasto económico, las de inducción nos cuestan al año entre 38,66 euros y 40,38 euros (dependiendo de la marca) y las vitrocerámicas una media de 41,84 euros. Las de gas salen más baratas (uno 31,46 euros al año), pero tienen la desventaja de no poder aprovechar energía renovable al usarla.
Dicho lo cual, no debemos pasar por alto que las placas de inducción son más caras que las vitrocerámicas y precisan, además, de ollas y sartenes compatibles con ese sistema.
Algunas fuentes aseguran que las placas de inducción consumen un 20% menos de electricidad que las vitrocerámicas convencionales. Otras, como el gobierno de Estados Unidos a través de su sello de eficiencia Energy Star, afirman que son entre un 5% y un 10% más eficientes (y tres veces más que el gas).
GESTIONA BIEN EL AGUA
Las vitrocerámicas tardan bastante en calentar el agua (cuando hervimos pasta, sin ir más lejos), lo que implica un derroche de energía, ya que hay modos de elevar su temperatura más rápidos y baratos. Por ejemplo, usar el microondas. Si transferimos el agua ya caliente a la olla para preparar una cocción, estaremos ahorrando energía y dinero. IDAE recomienda gestionar por este orden los recursos: microondas, cocina con olla a presión y horno en último lugar. Si, pese a todo, optamos por calentar el agua en la vitro, conviene usar la cantidad adecuada y no pecar por exceso, pues de lo contrario la placa tardará más tiempo del necesario en calentarla, con el consiguiente gasto superfluo de energía (por no mencionar que el agua es un bien escaso).
USA LA TAPA
Acostúmbrate a cubrir las cacerolas: de ese modo, el agua hervirá más rápido y requerirá menos energía para calentarse (así podemos ahorrar hasta un 25% de energía, según IDAE).
APROVECHA EL CALOR RESIDUAL
Apaga el fuego entre dos y cinco minutos antes de que la comida esté completamente cocinada, pues las placas eléctricas tardan un tiempo en enfriarse y continuarán calentando la comida con lo que se denomina "calor residual".
USA LOS RECIPIENTES ADECUADOS
Como sugiere IDAE, hay que procurar que el diámetro del fondo de los recipientes se ajuste lo más posible al diámetro de la zona de cocción, o en todo caso sea ligeramente superior. Si empleamos un cazo más pequeño que el círculo de la placa, estaremos desaprovechando gran parte del calor. Por otro lado, las baterías de cocina con fondo grueso difusor reparten la temperatura de una forma más homogénea por todo el recipiente.
Si utilizamos una olla abierta con un fondo que distribuye mal el calor, para cocinar 1,5 litros de agua se necesitarían 850 W de potencia, mientras que una olla con fondo grueso solo requiere 150 W. Las ollas de metal son idóneas para hervir agua, mientras que las de barro retienen mejor el calor y son óptimas para preparar comidas a fuego lento.
PREPARA CORRECTAMENTE LOS ALIMENTOS
Desde FAO, Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, hacen varias recomendaciones a este respecto. Los alimentos duros (como las legumbres) requerirán mucho menos tiempo de cocción si se remojan previamente en agua durante varias horas. Cuanto más pequeños sean los trozos en que cortamos las verduras, la carne o las patatas, antes se cocinarán. La adición de sal o bicarbonato ablanda los alimentos y también reduce los tiempos de cocción.
COCINA VARIOS PLATOS A LA VEZ
Según Edison International, siempre que sea posible hay que cocinar varios platos a la vez. De ese modo, la vitrocerámica consume menos que si la ponemos en funcionamiento cada vez que queremos cocinar un plato. En otras palabras: planifica y ahorrarás.
CUIDA TU VITROCERÁMICA
El mantenimiento adecuado y la limpieza de los electrodomésticos prolonga su vida y ahorra energía. Eliminar las manchas de la superficie contribuirá a que la placa caliente correctamente y no se desperdicie energía. Según el fabricante Teka, si la placa solo está ligeramente manchada, bastará con pasar una bayeta, esponja suave o papel de cocina humedecidos; si las manchas son de grasa y abundantes, lo mejor es rociar la placa con un producto específico y, tras dejarlo actuar un par de minutos, aclarar con agua y un paño limpio. Si la suciedad está pegada y requemada, habrá que recurrir a la rasqueta. Ah, y no olvides que la vitro no es una prolongación de la encimera...
ESCOGE LAS HORAS MÁS BARATAS
Si en vez de una tarifa estable, tu contrato con Iberdrola se basa en tarifas de discriminación horaria, te interesará hacer uso de la placa en los horarios más baratos; en la medida de lo posible, pues estamos hablando de un instrumento para preparar comidas y cenas. En estas tarifas el usuario puede elegir entre dividir la jornada en dos o tres franjas. En la primera opción, las más económicas son aquellas que van de 22.00 a 12.00 en invierno y de 23.00 a 13.00 en verano.
El Plan Tres Periodos beneficia a los clientes que realizan la mayor parte de su consumo entre las 00.00 y las 08.00, fines de semana y festivos nacionales, periodos en que el precio de la luz es menor.
Y siempre pensando en ahorrar, descubre el Asistente Smart de Iberdrola, con el que verás el consumo desagregado de todos tus aparatos y así podrás conocer el consumo exacto de tu lavavajillas para saber cuándo es mejor ponerlo en marcha.
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