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Cómo aislar ventanas correderas
17 de noviembre 2023
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Las ventanas del hogar son una parte fundamental de su estructura. Por sus cristales permiten la entrada de luz natural, ofrecen ventilación y cambio de aire y son un elemento estético que da singularidad a cada hogar. Son, sin embargo, también un punto medular por donde un inmueble puede perder calor en los meses de más frío. Así que contar con un buen aislamiento resulta crucial para conservar la eficiencia energética y, por ende, ahorrar en el consumo de energía necesario para su calefacción.
Mantener un confort térmico óptimo, con una temperatura interna constante y agradable, también resulta conveniente para el cuidado del inmueble, pues previene la indeseada condensación en las ventanas, que podría desencadenar problemas de humedad y moho.
El calor en una ventana se puede escapar por otros muchos sitios: acristalamientos, marcos, molduras o cajetines de persianas enrollables. Entre el 25% y el 30% de la energía de calefacción puede perderse si una ventana no está bien aislada, de acuerdo con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
El diseño de la ventana determina su eficiencia. Las ventanas abatibles suelen ser más aislantes que las ventanas correderas, porque al cerrarse tienen un sellado mucho más hermético. Para aquellas ocasiones, en las que, principalmente por la falta de espacio, no es posible instalarlas en toda la casa, existen formas de mejorar su rendimiento térmico realizando algunos cambios.
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CÓMO MEJORAR EL AISLAMIENTO TÉRMICO CON VENTANAS CORREDERAS
EL BURLETE
Los burletes son las bandas que se instalan en los bordes y carriles de las ventanas para prevenir las filtraciones de aire a través de las rendijas laterales. Suelen desgastarse con el paso del tiempo, abrir y cerrar constantemente la ventana o con la exposición a condiciones climáticas adversas. Su material puede deteriorarse gradualmente hasta convertirse en un foco de pérdida de energía.
La durabilidad del burlete también está influenciada por la calidad del material y una instalación adecuada. El mantenimiento inadecuado, como la falta de limpieza y lubricación, puede acelerar su deterioro. Se recomienda un mantenimiento regular, evitar un uso excesivo y proteger las ventanas de condiciones climáticas extremas para prolongar la vida útil del burlete y mantener un sellado efectivo.
LOS CRISTALES
El cristal es la parte más importante de una ventana. El espacio que ocupa en la estructura, lo convierte en la principal vía de escape de la energía. Lo mejor son las ventanas con doble cristal, altamente efectivas para reducir la pérdida de calor en comparación con las ventanas con acristalamiento sencillo.
Estos sistemas también tienen la ventaja adicional de disminuir las corrientes de aire, así como de prevenir problemas como la condensación del agua y la formación de escarcha en las superficies interiores.
Los técnicos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan que en caso de que se opte por una reforma completa de la ventana, la opción más conveniente son los marcos oscilobatientes de PVC con dos cristales de 4 mm y cámara de aire de 16 mm entre las dos láminas de vidrio. "Es un acristalamiento caro, pero puede reducir el consumo a una décima parte de lo que se gasta con una ventana simple", dicen los expertos de la organización.
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Si se combina con un buen aislamiento de muros, podría lograr que un inmueble salte de una calificación energética D a una A, lo que para una vivienda de unos 90 m2, por ejemplo, supondría un ahorro anual de más de 800 - 1.000 euros, agregan.
Ampliar, por ejemplo, la técnica de aislamiento insuflado -que implica la inyección de material aislante en espacios confinados, como paredes, techos o entre pisos, creando una capa continua que actúa como barrera contra la transferencia de calor- ayudaría aún más a optimizar la eficiencia energética del edificio.
MATERIALES DE LAS VENTANAS CORREDERAS
Por lo general, el marco de la ventana abarca entre un 25% y un 35% de la superficie total del espacio. Su relevancia en términos de aislamiento térmico se deriva de su capacidad de transmitir calor, conocida como transmitancia térmica, y su capacidad de absorber calor, medida a través de su absortividad (la fracción de la radiación solar que llega a una superficie y que se absorbe por la misma), según el IDAE.
La elección del material de la carpintería de una ventana puede ser determinante para el aislamiento térmico de una vivienda. Existen diferentes tipos de materiales, pero son cuatro los que abundan en el mercado.
Por un lado, el aluminio y el acero que son materiales conductores que permiten el paso del calor. Por otra parte, están los marcos de madera que por su naturaleza alveolar presentan propiedades aislantes en términos de sonido y temperatura, su conductividad es baja, pero requieren de un constante mantenimiento.
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También existen los marcos de PVC que ofrecen un aislamiento de primer nivel. Cabe destacar las carpinterías de rotura de puente térmico que incorporan uno o varios elementos, las cuales contienen distintos materiales aislantes tanto en la parte interna como externa.
CAJETINES DE PERSIANAS
Hay partes de una ventana que, en ocasiones, suelen pasar desapercibidas, pero son fundamentales. Entre ellas, el cajetín de la persiana: que juega un papel crucial en el aislamiento térmico de una vivienda al funcionar como una barrera adicional contra la pérdida de calor y la entrada de corrientes de aire indeseadas.
Un cajón bien construido y diseñado puede complementar la eficacia de otras medidas de aislamiento térmico. Para evitar que haya algún tipo de filtración es necesario aislar correctamente la estructura. Algunos expertos recomiendan emplear sellos de goma o silicona para cerrar los espacios entre la pared y el cajetín. También se suele rellenar los huecos con espuma de poliuretano. La instalación de barreras térmicas y la revisión minuciosa de grietas y fisuras son también pasos clave.