- Autoconsumo
Algo nuevo bajo el sol: placas solares flotantes
14 de abril 2023
3 min de lectura
Cuando pensamos en una central de energía solar, la imagen típica que tenemos en la cabeza es un conjunto de paneles solares extendidos sobre el suelo. Pero la tecnología para instalar los mismos paneles solares sobre el agua existe desde hace tiempo. Las centrales solares flotantes son sistemas instalados en el agua en lugar de en tierra firme. Se utilizan equipos especiales para que los paneles solares floten en el agua.
Estos sistemas flotantes (a veces denominados "floatovoltaicos") son en realidad más eficientes que los sistemas instalados en tierra firme. Los estudios realizados sobre algunos de los sistemas actualmente en uso han demostrado que una huerta solar flotante puede tener entre un 7 y un 15% más de eficiencia que las huertas solares en tierra.
Otra de sus muchas ventajas es que son más económicas porque es más barato mantenerlas. Al no estar en tierra, no hay riesgo de que se acumule polvo en los paneles solares, y los propietarios no tienen que preocuparse de cortar la vegetación. Además, los costes iniciales de preparación del terreno para los paneles solares se reducen considerablemente.
Los paneles solares flotantes están programadas para poder seguir concienzudamente al Sol en su giro cotidiano por el cielo, captando tanta energía como sea posible. Aunque la energía solar es la fuente de electricidad renovable más barata, tiene menos densidad energética que los combustibles fósiles y requiere más terreno. Por término medio, los parques solares tradicionales requieren más espacio por vatio que los combustibles fósiles.
UN PLANETA DE AGUA Y LUZ
Sin embargo, basta pensar que dos tercios de la superficie de nuestro planeta están cubiertos de agua para darnos cuenta de todas las posibilidades que tendría esta tecnología. En la búsqueda de espacio para grandes paneles solares, muchos países recurren a sistemas flotantes.
La "floatovoltaica" sería capaz de resolver varios de los problemas que aquejan a la energía solar convencional: desde el uso exclusivo del suelo o la distribución de la energía hasta la dispersión del calor. Esta prometedora tecnología también puede contribuir a la regulación hidrológica de canales, embalses y masas de agua naturales amenazadas por la sequía.
Pensemos en los países que dependen en gran medida de la energía hidroeléctrica, la generación de energía durante las sequías es una de las grandes incógnitas en el contexto del cambio climático, del que se esperan que se produzcan más fenómenos meteorológicos extremos cada vez más. Ante esta realidad inevitable, los paneles solares flotantes se yerguen como una gran opción de energía renovable. Con ella, se puede reducir la dependencia del agua durante las estaciones secas y utilizar energía solar fotovoltaica flotante.
Hay que tener en cuenta que no todas las masas de agua son adecuadas para las granjas solares flotantes. Por supuesto, las aguas abiertas del océano no son aptas, ya que las olas y la salinidad son impedimentos considerables para su correcto funcionamiento (la sal puede corroer los paneles solares). En cambio, los embalses, los estanques de almacenamiento de agua potable y otras masas de agua artificiales se han convertido en excelentes recursos para la energía fotovoltaica flotante, ya que sus aguas son más tranquilas y no presentan problemas de salinidad.
EL FUTURO ES SOLAR (Y ACUÁTICO)
La energía solar flotante contribuirá significativamente a la transición energética y su auge es imparable. Los paneles solares flotantes están experimentando una expansión sin precedentes a lo largo y ancho del globo. Tanto es así que la capacidad solar flotante ha crecido exponencialmente en la última década rompiendo todas las cifras de los analistas. Actualmente, se calcula que el mercado de esta tecnología crezca un 43% anual durante la próxima década hasta alcanzar los 24.500 millones de dólares en 2031.
De momento, esta tecnología representa el 3,6% de la generación mundial de electricidad, frente al 0,03% que suponía en 2006.
El obstáculo más importante para la adopción de esta tecnología era su precio, ya que era más caro construir un conjunto flotante que una instalación de tamaño similar en tierra. Pero el mayor coste conlleva ventajas adicionales: gracias a la refrigeración pasiva de las masas de agua, los paneles flotantes pueden funcionar con más eficacia que los paneles solares convencionales.
Además, los paneles solares están experimentado una asombrosa caída de precios que los está convertido en la fuente de energía más barata del mundo. No solo crean energía limpia a bajo coste, sino que también reducen la exposición a la luz y bajan la temperatura del agua, minimizando el crecimiento de algas nocivas.
Según el Banco Mundial, la energía solar flotante podría duplicar la capacidad instalada actual de energía solar, ya que en el mundo hay más de 400.000 kilómetros cuadrados de depósitos artificiales de agua, es decir, pantanos, embalses y similares.