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El primer parking de vehículos eléctricos ya estaba en la Luna
28 de enero 2025
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El nombre completo de aquel primer vehículo eléctrico que puso sus ruedas en la superficie de la Luna era Luna Roving Vehicle (LRV) y lo hizo el 31 de julio de 1971, a bordo del Apollo 15, dos años después de que Neil Armstrong pisara por primera vez nuestro satélite durante la misión Apollo 11. Podría decirse que aquel fue el primer SUV 4x4 eléctrico de la historia y, además, el primero en circular por un terreno tan desconocido como inhóspito, tanto para los tripulantes de la misión como para el propio rover lunar.
Este fue el primero porque las misiones Apollo 16 y 17 también transportaron sendos rover lunares, cada vez un poco más evolucionados, que se quedaron en la superficie del satélite, conformando algo así como el primer parking de vehículos eléctricos fuera de la órbita terrestre. Recuperar esos LRV era tremendamente complicado porque los astronautas debían montarlos in situ para poder utilizarlos y volver a desmontarlos era una tarea demasiado compleja.
CÓMO ERA EL ROVER LUNAR
Los rover lunares se diseñaron para funcionar en unas condiciones extremas y aguantar temperaturas de hasta -150º C. Cada uno de los LRV estaba pensado para la máxima resistencia y ligereza y viajaban empaquetados en un lateral del módulo de descenso hasta la superficie lunar. El primero de ellos era un paquete de sólo 90x150x170 centímetros que debían ensamblar los astronautas. Ya en situación operativa medía 3,11 metros de largo, 1,8 de ancho y su peso total no llegaba a los 200 kg.
El ligero chasis de aluminio soportaba las cuatro ruedas, con unos neumáticos realizados en una especie de malla de acero, los cuatro motores de 200 W cada uno, que la daban la tracción 4x4, las baterías, dos pequeños asientos, por llamarlos de alguna forma, para los astronautas y un equipamiento muy importante, el sistema de navegación.
El rover lunar podía seguir avanzando, aunque se estropearan dos de sus motores, en previsión de una posible avería en estas condiciones extremas. Podían cargar hasta unos 600 kilogramos en los que se incluían los dos astronautas, el equipo científico, una perforadora, recambios y las muestras que pudieran recoger.
AUTONOMÍA DEL ROVER LUNAR
Los rover lunares fueron desarrollados por la NASA, pero de su construcción se encargó Boeing con la colaboración de Delco Electronics, división de tecnología avanzada perteneciente al grupo automovilístico General Motors. Las baterías eran de zinc-plata, con una capacidad de 8,7 kWh, un peso de 54 kilos y un tiempo de uso estimado de 78 horas. La velocidad máxima que podían alcanzar era de 14 km/h, pero la media a la que realizaron todos los recorridos fue de unos 4 km/h.
En distancia, la autonomía máxima era de 180 km, aunque su radio de acción estaba limitado a 10 km del módulo lunar, por seguridad de los astronautas. De hecho, la distancia máxima que recorrieron en cada uno de los trayectos fue de poco más de siete kilómetros, ya que los cálculos estimaban que un astronauta podía recorrer como mucho nueve kilómetros a pie sobre la superficie lunar hasta el módulo base, en caso de que el rover lunar fallara por completo.
Los tres LRV que llegaron a circular por la Luna y que siguen todavía allí, recorrieron en total menos de 100 km, pero siguen allí aparcados y están perfectamente localizados gracias a las fotografías que se siguen realizando de la superficie de la Luna.
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