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Motor eléctrico en rueda, la próxima revolución de los coches de batería

27 de enero 2025

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Ya se utiliza en patinetes, bicicletas e incluso motos, cuando dé el salto al coche, cambiará por completo su diseño y sus posibilidades.

Si las ruedas son las encargadas de transmitir el movimiento del motor, cuanto más cerca esté el motor de las ruedas menos energía se perderá. De la misma forma, contar con el motor eléctrico en las ruedas permite un mejor y más preciso control de su funcionamiento a la hora de acelerar, frenar y regenerar energía. Además, menos elementos para transmisión y sistema de frenado también suponen menos piezas que se pueden desgastar y eso significa menos costes de fabricación y mantenimiento.

El motor eléctrico en la rueda del coche es una tecnología más eficiente, económica y sostenible, que deja mucho más espacio libre en el vehículo, lo que mejora la habitabilidad y el espacio de carga al desaparecer algunos órganos mecánicos de la transmisión y el sistema de frenado. Razones más que suficientes para que Continental y BMW hayan decidido invertir en la startup Deepdrive que ya ha desarrollado un avanzado motor de este tipo.
Esta compañía ha creado un compacto motor eléctrico de doble rotor que utiliza hasta un 80% menos de tierras raras, la mitad de imanes y reduce considerablemente los metales ferrosos, por lo que su fabricación es hasta un 30% más económica. Este motor que acciona directamente la rueda permite eliminar piezas como diferenciales, palieres y cualquier elemento asociado a la transmisión del movimiento desde el motor a la rueda.

Al ser un motor con doble rotor añade otra ventaja importantísima que afecta directamente a la autonomía. Al poder invertir el flujo del motor, ofrece una potente desaceleración que permite una mayor recuperación de la energía que se produce en las frenadas, lo que añade un mayor porcentaje de recarga de las baterías durante la marcha.  Además, elimina la necesidad de un equipo hidráulico de frenos ya que a la retención del motor se uniría un sistema de frenado eléctrico, mucho más ligero compacto y barato, incluido en el propio motor, que no necesita líquidos para su sistema hidráulico y que incluye todas las funciones del ABS, control de tracción y estabilidad.

Todas estas mejoras y la eliminación de pasos intermedios como la transmisión y el sistema de frenado tradicional, significan una eficiencia de nada menos que el 96,6% y eso se traduce en un aumento de la autonomía que el fabricante estima en un 20% para un modelo medio, a igualdad de peso y potencia que en un eléctrico tradicional. Si lo interpretamos a la inversa, esto también permitiría hacer baterías con un 20% menos de capacidad, con lo que se conseguiría una mejora de peso considerable y, por tanto, de consumo. Los ingenieros y diseñadores pueden contar con menos limitaciones a la hora de diseñar los nuevos coches eléctricos y podrán disponer de más espacio y hacerlo más flexible para cualquier uso.


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Entre los pequeños inconvenientes que ahora mismo plantea esta tecnología está la duda de cómo resistirán los motores las vibraciones y golpes al estar en las ruedas, algo en lo que ya trabaja Continental para incluir un sistema de suspensión neumática dentro de la propia rueda. Para incluir el motor eléctrico en la rueda es necesario contar con llantas de al menos 18 pulgadas, pero la gran mayoría de los vehículos actuales ya las ofrecen de serie o como opción.

Además, la potencia máxima total que se podría obtener con estos motores sería de 150 kW, unos 204 CV, lo que de momento dejaría fuera a los coches más deportivos. En cualquier caso, el motor eléctrico en rueda supondría un avance de gran importancia para los coches eléctricos de mayor difusión, ya que permitiría abaratar su coste y mejorar su autonomía.

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