La tecnología está realizando tantos cambios en nuestras vidas y tan rápidamente que casi no nos damos cuenta porque los asumimos con total naturalidad. Ahora se habla y se discute mucho sobre la inteligencia artificial (IA) y sus retos tecnológicos y morales, pero en el caso del automóvil ya lleva mucho tiempo entre nosotros. Tiene mucho que ver con la movilidad y, además de evitar accidentes y mejorar el rendimiento de nuestros coches, también tiene un protagonismo muy especial en el desarrollo de los vehículos eléctricos actuales y mucho más en los que llegarán en los próximos años.

El desarrollo de nuevas baterías, cada vez más eficientes se ha convertido en primordial para mejorar la autonomía y los procesos de carga de los nuevos coches eléctricos. Los ingenieros de la industria del automóvil que utilizan la IA pueden llegar a reducir hasta un 70% las pruebas de baterías previas al inicio de su fabricación. Es lo que afirma el Dr. Richard Ahlfeld, director ejecutivo y fundador de Monolith, uno de los proveedores de software de IA para los equipos de ingeniería más importantes del mundo. “En el vertiginoso mercado de los vehículos eléctricos, las pruebas de baterías se han convertido en un importante cuello de botella, lo que dificulta el lanzamiento de los vehículos eléctricos. La creciente demanda y la intensa presión competitiva para mejorar la autonomía y los tiempos de carga agravan este desafío de manera exponencial”, declara El Dr. Ahlfeld.

AVANCE DE LA IA EN COCHES ELÉCTRICOS

La ventaja de la IA es su extraordinaria capacidad de aprender de los datos del mundo real. La IA aprende de los datos y de esta forma los ingenieros de pruebas pueden valorar características de comportamiento que son tan complejas que, sin estas herramientas tecnológicas que ofrece la IA, serían realmente difíciles de descifrar.

El uso de la inteligencia artificial en los coches permite acortar los tiempos de algunas de las pruebas más largas y costosas, reducir los riesgos para el rendimiento del producto y mejorar su calidad.

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Después del desarrollo y fabricación, cuando un vehículo eléctrico ya está en manos de su propietario, también puede seguir aprendiendo gracias a la inteligencia artificial. Esa IA es la que permite que la batería de un vehículo eléctrico que ya está en el mercado, incluso años después de haber sido adquirido, aumente su capacidad con una actualización online en unos minutos. La inteligencia artificial va aprendiendo, mediante una ingente cantidad de datos, del uso que hacen los conductores de sus coches eléctricos y adapta toda la tecnología para conseguir la mayor eficiencia.

SEGURIDAD Y MOVILIDAD GRACIAS A LA IA

Los sistemas de ayuda a la conducción, los ADAS, que llevan ya todos los coches más recientes, trabajan con inteligencia artificial para detectar a los peatones o ciclistas y frenar nuestro coche antes de que se produzca un accidente. También reconoce los carrilles para evitar que nos salgamos de ellos. Incluso nuestro navegador puede analizar rutas y decidir cuál es la más eficiente y rápida hasta nuestro destino, en función de las condiciones del tráfico. De igual forma, la IA integrada en nuestro vehículo puede ayudarnos a conducir de una forma mucho más eficiente, algo que finalmente repercutirá en una mayor autonomía.