- Transporte
Consejos para comprar un vehículo eléctrico de ocasión
09 de abril 2022
3 min de lectura
En 2010 empezaron a venderse coches de baterías en España y fueron los Nissan Leaf y Renault ZOE de primera generación, Mitsubishi i-MIEV y sus derivados (Citroën C-Zero y Peugeot iON), el vanguardista BMW i3 y el Premium Tesla Model S. Dado que en poco más de una década las ventas de vehículos eléctricos han sido casi simbólicas en relación con el total de las matriculaciones de coches de combustión, la oferta de modelos de ocasión con emisiones cero es también escasa. A pesar de esa limitación para encontrar un eléctrico usado durante los últimos años, 2021 experimentó un crecimiento de coches eléctricos de segunda mano en el mercado.
La mayor cantidad de vehículos eléctricos usados está en los que tienen hasta tres años, que representa más de la mitad, en su mayoría procedentes de renting de empresas y también de los servicios de carsharing, seguidos por los de entre cuatro y cinco años, con un 22%, en estos casos la mayoría también de renting, muy utilizados por comerciales de algunas compañías.
A la hora de comprar un eléctrico de segunda mano hay que tener claro qué tipo de utilización le vamos a dar, si va a ser solo urbana y con recarga a diario en casa o en el trabajo, o si vamos a necesitar realizar trayectos largos, ya que en este último caso la autonomía de la batería y su estado será primordial.
En general, hay que tener en cuenta los mismos aspectos que en un coche de combustión, como el kilometraje, estado general, desgaste de algunos elementos como volante, pedales, tapicerías, sonidos parásitos en el interior, etc. Lo primero es comprobar si el vehículo tiene todavía algún tipo de garantía, que en los eléctricos es diferente para las baterías y para el resto de los componentes del coche.
En algunos casos, es conveniente asegurarse de que no han sido utilizados para un servicio de car sharing. Para ello es recomendable solicitar el informe del vehículo en la DGT, un trámite que puede realizarse online tiene un reducido coste y que es aconsejable hacer antes de adquirir cualquier coche, sea o no eléctrico, si no tenemos una garantía oficial.
Si el coche ha sido utilizado para alquiler por minutos, horas o días, también puede detectarse por restos de pintura o adhesivos publicitarios en la carrocería o las señales de haber tenido instalados los dispositivos de identificación de usuario en salpicadero o parabrisas. Al igual que ocurre con los vehículos de ocasión tradicionales procedentes de empresas de alquiler, hay muchos vehículos en un estado excelente, pero por lo general un coche alquilado por minutos, sobre todo en tráfico urbano, no suele recibir un trato cuidadoso.
LA CLAVE ESTÁ EN LA BATERÍA
Todos los vehículos eléctricos nuevos ofrecen una garantía general para el coche y una específica para las baterías que en la mayoría de los modelos asegura un 70% de su capacidad durante ocho años o 160.000 kilómetros. Precisamente, esa degradación de la batería es lo que marca lo interesante de un posible vehículo de ocasión.
En la degradación de la batería intervienen muchos factores como el número de cargas rápidas y ultrarrápidas que se hayan realizado a lo largo de su vida útil, la temperatura de uso, la forma de conducir, etc. Es un dato difícil de saber porque la mayoría de los vehículos no ofrecen esa información por sí mismos. Hacer un recorrido de como mínimo 30 kilómetros y observar muy bien la disminución del porcentaje de la batería que marca el ordenador de viaje puede ser una pista.
Lo mejor es solicitar un certificado de estado de la batería y de su capacidad real al servicio oficial del fabricante, un trámite que no es barato y que varía mucho entre las diferentes marcas pero que puede darnos una pista muy valiosa sobre el valor real del coche, el uso que se le ha dado y, sobre todo, de lo que nos puede durar a nosotros.
OJO AL TIPO DE CONECTOR
Algunos de estos primeros modelos que se vendieron en España eran de origen japonés como los Nissan Leaf o el Mitsubishi i-MIEV y utilizaban el conector Tipo 1 o Yazaki para cargas lentas y el CHAdeMO para las rápidas. Se ha llegado a dar el caso de compradores de un vehículo de este tipo y al llegar a casa comprobar que el cargador que tenían instalado contaba con un conector Mennekes, por lo que se han visto obligados a añadir un adaptador.
Además, muchos de estos modelos más antiguos, llevaban baterías de muy poca capacidad (alrededor de 22kWh) que además de no tener una gran autonomía no admitían cargas rápidas con corriente continua por lo que su utilización queda limitada a un hábitat más urbano.