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¿Qué es el aislamiento reflexivo y cómo instalarlo?

29 de mayo 2024

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Con este material delgado, fino y compuesto por varias capas, normalmente de aluminio y burbujas de aire o polietilenos, se puede lograr una gran eficiencia energética en el hogar.

Los edificios son verdaderos depredadores de energía. En España, por ejemplo, los hogares representan aproximadamente el 20% del consumo total de energía en el país, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Así que la rehabilitación térmica de un inmueble es un asunto fundamental para lograr un doble beneficio: una mayor eficiencia energética en el hogar (y, por ende, un ahorro en nuestros bolsillos) y un planeta más sostenible.

Si su vivienda fue construida antes de 1980, posiblemente no cuente con una protección térmica o, quizás, la instalación sea anticuada o ineficiente energéticamente. Hoy en día, cualquier edificio en el país se puede aislar térmicamente, gracias a una variedad de tecnologías que se adaptan a cada uno de los casos. Una de las técnicas disponibles en el mercado es la del aislamiento reflexivo.

¿QUÉ ES EL AISLAMIENTO REFLEXIVO?

El aislamiento reflexivo consta de una capa aislante hecha de diversos materiales (como láminas de aluminio, burbujas de aire o polietilenos), que, en conjunto, reducen la transferencia de calor mediante la reflexión de la radiación térmica. Es decir, que la energía, por ejemplo, que recibe por fuera un muro cambia su medio de transmisión en varias ocasiones y según las capas y materiales del aislamiento, hasta llegar al interior.

Con este efecto, el edificio se mantiene más confortable, pues durante el invierno conserva mejor el calor en su interior y durante el verano absorbe mucha menos energía del exterior.


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¿DÓNDE SE UTILIZA EL AISLANTE REFLEXIVO?

El aislamiento reflexivo se puede utilizar prácticamente en toda la casa, pero se usa principalmente en paredes y techos

La tecnología ha dado pasos agigantados desde hace más de tres décadas, cuando comenzó a utilizarse. Actualmente, se emplean materiales reflexivos, maleables y ligeros para crear un aislante reflexivo multicapa. Su espesor es bajo: puede ir de los dos milímetros hasta más allá de 25 mm.

Dadas sus características, lo que se consigue es un aislamiento similar a otros materiales con mayor espesor. Además, los distintos aislantes térmicos reflexivos ayudan a reducir las humedades en el inmueble, evitan las condensaciones en el interior, son impermeables y de larga durabilidad.

¿CÓMO SE INSTALAN LOS AISLANTES REFLEXIVOS?

Hay distintas formas de colocar el aislante reflexivo, pero para ser efectivo siempre están asociados a un trasdosado con una o dos cámaras de aire (el vacío ubicado entre dos superficies, como paredes o techos).

Debido a su flexibilidad y a su bajo espesor, los aislamientos reflexivos pueden instalarse sin la necesidad de una cámara, aunque en ese caso su eficacia se ve reducida. Si se instale por el interior del inmueble (trasdosado), la pérdida de espacio interior es relativamente mínima. Eso sí, requiere de una pequeña obra tanto si se implementa en obra nueva como en una rehabilitada.


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​​​​​​​En el mercado, por ejemplo, existen otras alternativas de aislamiento que no requieren ningún tipo de obra. Tal es el caso del aislamiento térmico insuflado, que rellena la cámara de aire con material aislante generando una mejora creciente en función del tamaño de la cámara.

En una construcción pequeña, la instalación se realiza en un solo día. Cuando no hay cámara de aire o la cámara es muy pequeña, el trasdosado usando aislamiento reflexivo es una alternativa que nos permite minimizar la pérdida de espacio interior.

¿EN QUÉ CONSISTE EL AISLAMIENTO TÉRMICO INSUFLADO?

El aislamiento térmico insuflado implica introducir un material en las cavidades estructurales como paredes o falsos techos, mediante pequeños orificios, llenando así la cámara de aire de manera uniforme. Este procedimiento también elimina las corrientes de aire. Es ideal para rellenar aquellos rincones de difícil acceso y proporcionar aislamiento acústico.

También evita la formación de puntos fríos (una zona de una estructura donde la transferencia de calor es más pronunciada) y está comprobado que consume menos energía y reduce la factura de gas o luz destinada a calefacción entre un 10% y un 30% en función del tamaño de cámara disponible. Hoy, el aislamiento térmico de un inmueble es una forma de ahorro que además aumenta el confort y revaloriza la vivienda.

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