- Energia
Cómo purgar correctamente un radiador
22 de noviembre 2022
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Purgar un radiador no es otra cosa que extraer ese aire que ha podido almacenarse por varias razones, principalmente cuando acoge agua nueva después de una temporada apagado o por el movimiento de la bomba a medida que gira. También puede estar debido a falta de presión del agua, porque haya alguna fuga, porque exista algún problema con la bomba o simplemente por el paso del tiempo, lo que provoca una acumulación de hidrógeno en el sistema como resultado de la oxidación. El aire queda atrapado en la parte superior del radiador, impidiendo que el agua caliente circule fluidamente por todo el sistema.
Como dice Mario Rial Axpe, responsable del departamento técnico de CONAIF (Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos), "el purgado de los radiadores es una tarea fundamental para el buen funcionamiento de una instalación de calefacción, ya que la presencia de aire puede afectar a su rendimiento e incrementar el consumo de energía". Pero, en general, no hay que preocuparse, porque una correcta purga devuelve al radiador su eficiencia. Y la operación es muy sencilla.
Para empezar, necesitarás dos utensilios que seguramente tengas por casa:
- Una llave de radiador (si no dispones de ella, puedes encontrarla en cualquier ferretería o tienda de bricolaje) o una moneda pequeña. No lo intentes con unos alicates, pues podrían dañar la válvula.
- Un recipiente (un vaso puede ser suficiente) que recoja el agua que pueda salir, evitando que esta se derrame al suelo.
- También es recomendable un paño, para mantener seca la zona donde se va a actuar.
A continuación, sigue estos pasos:
- Apaga la calefacción central. De lo contrario, el radiador puede estar demasiado caliente para tocarlo, lo que podría entrañar riesgo de lesiones. También podría salir agua hirviendo del conducto. Apagando la calefacción, se reducirá la presión del agua en el radiador, lo que disminuirá la salida de agua.
- Usa la llave o la moneda para girar la válvula situada en la parte superior del radiador. El movimiento debe realizarse en el sentido contrario a las agujas del reloj. Una vez efectuado el giro, es probable que escuches una especie de silbido. Buena señal: es el aire que se expele.
- La válvula debe mantenerse abierta "hasta que salga agua de manera constante; esta es la manera de saber si la intervención se ha realizado correctamente. De este modo, conseguimos que expulse el aire que contenga", explica el portavoz de CONAIF. El bloqueo de la válvula conviene hacerlo rápidamente, más que nada para que no se escape mucha agua; pero sin ejercer mucha fuerza, porque podría estropearse la válvula. Limpia el agua que haya podido salpicar el radiador en su parte externa para impedir que la oxidación.
- Enciende de nuevo la calefacción central. "Cuando se han purgado todos los radiadores se debe comprobar la presión del agua de la caldera, que debe mantenerse entre 1 y 1,5 bares", apunta el experto. En caso de que haya descendido, recarga la presión accionando la palanca o el grifo de la caldera.
- Por último, regresa al radiador y verifica que ya calienta correctamente.
En viviendas de dos plantas, deben purgarse en primer lugar los radiadores de la planta baja, empezando por los más alejados de la caldera. Cuando se haya concluido el proceso en la planta baja, habrá que repetirlo en la de arriba, también comenzando por los más alejados de la caldera.
Para mantener tus radiadores en buen estado de funcionamiento se recomienda purgarlos al menos una vez al año ("a principio de la temporada", concreta Mario Rial Axpe). Esto permitirá que se libere cualquier acumulación gradual de aire y que funcionen de la manera más efectiva posible. En cualquier caso, añade el experto: "Algunos radiadores incorporan purgadores automáticos que evitan el procedimiento anterior".