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Tipos de bombonas de butano, ¿cuál necesito?

20 de diciembre 2024

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En el mercado español existen diversas opciones que se utilizan en diferentes actividades: desde el consumo diario en el hogar hasta aquellas que se usan para hacer un viaje corto.

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En España, el gas butano sigue siendo una de las opciones más utilizadas para cocinar, calentar agua y, en algunos casos, proporcionar calefacción en los hogares del país. Aunque las soluciones eléctricas han ganado popularidad, las bombonas de butano mantienen su relevancia, especialmente en entornos rurales y en segundas residencias.

Dentro de este mercado, los consumidores pueden elegir entre tres tipos de bombonas de butano, las cuales están diseñadas para satisfacer distintas necesidades.

Bombona tradicional de 12,5 kg
Entre los diversos tipos de bombonas de butano, las que tienen una capacidad de 12,5 kilogramos de gas son quizás la opción más común en los hogares y en los negocios como bares. Cuentan con un diseño robusto, que lo hace ideal para un uso intensivo en actividades como cocinar o calentar agua. Su peso, sin embargo, puede representar un desafío debido a su peso.

Bombona ligera de 12 kg
Las bombonas de butano de 12 kilogramos mantienen el mismo volumen de gas que la tradicional, pero con un diseño más moderno y ligero. Estas bombonas están hechas con materiales avanzados. Esta versión se adapta a quienes buscan facilidad de manejo sin renunciar a una capacidad suficiente para cubrir las necesidades diarias.

Bombona pequeña de 6 kg
Estas bombonas han sido diseñadas para consumos bajos o espacios reducidos, esta bombona es ideal para caravanas, apartamentos pequeños o para ser utilizada de forma ocasional en segundas residencias. Incluso son usadas para hacer un viaje al campo o a una zona rural. Su ligereza y tamaño compacto permiten transportarla y almacenarla con mayor facilidad.

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¿QUÉ TIPO DE BOMBONA DE BUTANO DEBO ELEGIR?

El consumo de gas butano es un factor determinante. Si se utiliza de manera intensiva, por ejemplo, para cocinar a diario o como fuente principal de calefacción, las bombonas de mayor capacidad, como la tradicional o la de 12 kilogramos, son la elección más práctica. Por el contrario, para un uso ocasional o en espacios donde el consumo es bajo, como en viviendas vacacionales, la de seis kilogramos puede ser más adecuada.

Otro aspecto clave a considerar para su elección tiene que ver con el espacio disponible para almacenar la bombona. Las viviendas con áreas limitadas de almacenamiento suelen beneficiarse de opciones más compactas, mientras que los hogares o negocios con instalaciones preparadas para bombonas grandes no enfrentan estas restricciones. A esto se suma la facilidad de manejo.

Las bombonas más ligeras o pequeñas resultan ideales para quienes prefieren evitar el esfuerzo de cargar un peso elevado, como personas mayores o usuarios que buscan mayor comodidad en su día a día. La variedad de opciones en el mercado garantiza que, al considerar detenidamente estas características, cada usuario puede encontrar la solución más eficiente y funcional para sus necesidades específicas. La elección de la bombona de butano adecuada no sólo implica comodidad, sino también una gestión más óptima del consumo.

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ALTERNATIVAS SOSTENIBLES AL GAS BUTANO

En el mercado existen algunas opciones que además de eficientes y accesibles ayudan a cuidar el medioambiente. Entre ellas están los paneles solares que se pueden instalar en tejados residenciales o crear instalaciones de generación de energía a gran escala. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los costes de generación de energía solar fotovoltaica siguen siendo más bajos que los de las alternativas de combustibles fósiles.

Más allá de la energía solar fotovoltaica, existen otras opciones que se abren paso a velocidad de crucero. Por ejemplo, el hidrógeno verde, que se ha convertido en una alternativa para reducir las emisiones y cuidar el planeta.

La AIE explica que la producción de hidrógeno verde podría evitar 830 millones de toneladas de CO₂ al año, sustituyendo al hidrógeno gris derivado de combustibles fósiles, aunque los costes elevados aún plantean retos importantes. La industria, principalmente, ha aprovechado el potencial del hidrógeno desde el siglo XIX, utilizándolo como combustible en vehículos, dirigibles y misiones espaciales. En la actualidad, su demanda global se ha triplicado desde 1975 y se espera alcanzar 30 millones de toneladas de hidrógeno verde para 2030.

Este gas, que sólo emite vapor de agua y no deja residuos contaminantes, podría convertirse en un pilar de la transición energética, especialmente si, como prevé el Consejo Mundial del Hidrógeno, su producción se abarata un 50% en la próxima década.

 

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